El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, ha sido durante todo el verano blanco predilecto del facherío mediático. Han sido constantes las barbaridades que, previa manipulación de sus declaraciones, hemos podido leer sobre él y su formación política. Pero sus palabras no han sido objeto de manipulación sólo en los medios del infraebro, sino que también lo son en otros más cercanos.

Ayer «Deia» reservaba un sitio en primera página a las declaraciones de Garitano a una emisora de radio para titular con palabras que el diputado general no había pronunciado: «Martín Garitano da la `bienvenida' a los príncipes de Asturias», y hacía otro tanto en la información interior, a la que dedicaba página y media. En realidad Garitano había dicho algo tan generalizable como que es bien recibido quien venga con buena voluntad y respeto. Al parecer, «Deia» da por seguro que la monarquía española y sus herederos se acercan a tierras vascas con buena voluntad y respeto.

Y si bien las palabras reales de Garitano no merecían ningún comentario especial, para el diario vizcaino -aunque no para su hermano guipuzcoano- la manipulación de las mismas merecía además editorializar sobre el asunto. Bajo el título «De la demagogia al pragmatismo», que sería, según «Deia», el camino recorrido por la izquierda abertzale, ofrece todas las acepciones posibles y el origen de la palabras «demagogia» y «pragmatismo». Según asegura el editorialista, «No se trata sólo de las palabras de Garitano en asunción del papel y el respeto institucional entre gobiernos y poderes -o entre naciones- sino de los efectos que la oportunidad de gobernar ha tenido en la izquierda abertzale». Servidora podría estar, o no, de acuerdo con esta observación, lo que no acierta a comprender es qué tiene que ver con lo que realmente dijo Garitano. Algo que otro experto en adecuar la realidad a sus titulares, «El Mundo», en esta ocasión recoge con mayor fidelidad, si bien con añadido de su cosecha: «Bildu recibirá a los Príncipes sólo si vienen con `buena voluntad y respeto'». Como las lectoras y lectores imaginarán, lo hace igualmente para atacar a Garitano, el deporte preferido de determinados periodistas. Y luego, además, va la realidad y les pega una bofetada. Porque de bienvenida, nada.