Mahmud Abbas ha mantenido su intención de reclamar el reconocimiento de Palestina y, al margen del debate abierto en la sociedad palestina en torno al alcance y las consecuencias de la iniciativa diplomática, es reseñable el cambio de actitud o, al menos, la actitud más clara, del presidente de la Autoridad Nacional Palestina en cuanto a la superación de una situación hace mucho insostenible. Por encima de las presiones, sigue adelante con la iniciativa de pedir el reconocimiento de Palestina como estado de pleno derecho en el Consejo de Seguridad de la ONU, aun siendo consciente de la precaria situación que deberán afrontar los palestinos si Israel cumple sus amenazas. Pero es una decisión que apoya la mayoría de los palestinos. En cualquier caso, las consecuencias de las posibles represalias en modo alguno pueden recaer en la parte palestina, sino únicamente en la actitud israelí, y alentada por la complicidad de Estados Unidos y la tibieza de la Unión Europea. El reconocimiento de Palestina como estado, además, es un derecho cuya falta contrasta con el consentimiento de la constante vulneración de la legalidad internacional por parte de Israel.