La plantilla de Sunsundegui, de Altsasu, vive sumida en la incertidumbre. No sabe qué sucederá con la empresa para la que trabajan a partir del próximo 23 de octubre. Ese día vence el plazo durante el cual la firma se mantiene bajo el control público del Gobierno de Nafarroa, a través de la Sociedad de Desarrollo de Navarra (Sodena). Y el Ejecutivo foral aún no ha revelado sus intenciones.

La consejera de Industria, Lourdes Goicoechea, afirmó el jueves en el Parlamento foral que hay conversaciones con varios posibles socios industriales, aunque de momento no hay una decisión tomada. «El 23 de octubre es la fecha para ejercitar la opción de compra», precisó.

Goicoechea añadió que para ello es «necesario», aunque puede no ser «suficiente», que los trabajadores ratifiquen el preacuerdo social presentado.

Ahí radica uno de los escollos. Dicho preacuerdo, que según destaca LAB ya ha sido firmado por UGT y ELA, contempla 40 despidos, rebaja en los salarios y flexibilidad laboral.

Serían cuatro decenas más de personas sin trabajo en la empresa más grande de Altsasu, uno de los motores económicos de Sakana, comarca duramente castigada por la crisis y con unos altos índices de paro.

«El Gobierno no ha dicho qué va a hacer, pero presiona a los trabajadores para que firmen el preacuerdo. Nos fuerza a aceptar despidos y peores condiciones, y ni siquiera eso nos garantiza nada», lamenta Gaizka Uharte, de LAB-Sakana.

El representante de la central abertzale está convencido de que la viabilidad de la empresa pasa por un mantenimiento del apoyo público. «Aunque trabajásemos gratis, sin respaldo no hay futuro», sentencia.

Del récord a la deuda

Sunsundegui se dedica, principalmente, a la fabricación de carrocerías para autobuses, aunque también construye trenes. Hasta 2008, el negocio marchaba sobre ruedas. Ese año, alcanzó su récord de facturación, con 494 unidades vendidas, y recibió el premio a la exportación del Gobierno de Nafarroa. Llegó a firmar un contrato con la compañía de transporte público de Dubai para la fabricación de 55 autobuses de lujo.

Unos meses más tarde, sin embargo, en setiembre de 2009, la empresa acumulaba unas deudas de 16 millones y los propietarios, a quienes se acusa por su «mala gestión», dejaban la firma en manos de Sodena.

En ese momento, Sunsundegui contaba con 276 empleados. Tres meses antes, en junio, la dirección había presentado un ERE de extinción para 77 operarios -que finalmente no salió adelante- y la suspensión temporal del vínculo laboral de otros 113 por un máximo de 67 días hasta el 31 de diciembre.

El comité denunció entonces que se pretendía dejar en la calle a numerosos trabajadores mientras se externalizaban a diversas subcontratas tareas que se podían realizar en la propia fábrica.

Aunque durante estos dos años ha habido dos gerencias diferentes, nombradas por Sodena, LAB subraya que esta situación persiste. «La semana pasada y coincidiendo con las fiestas de Altsasu -indicaba el sindicato en una nota remitida el miércoles- la empresa volvió a subcontratar una empresa para hacer trabajos que habitualmente hace la plantilla de Sunsundegui. Estos trabajos fueron realizados por la empresa Azken, que tiene lazos familiares con el actual responsable de producción».

«Estas prácticas -prosigue el comunicado de la central abertzale- nos recuerdan a las que realizaba la anterior dirección cuando subcontrataba trabajos propios de la empresa a subcontratas ligadas a los cuadros de la empresa. Entonces como hoy también las horas extras eran muy habituales. No olvidemos que la antigua dirección nos trajo a esta situación. Parece que el Gobierno de Navarra no ha aprendido la lección. Estas prácticas están ligadas a los problemas estructurales que tiene la empresa».