Los incidentes se produjeron después de que el jefe de la diplomacia boliviana buscara reiniciar un diálogo con los indígenas, que desde hace más de un mes caminan desde la Amazonia hacia La Paz en rechazo a una vía asfaltada que impulsa el presidente Morales. Choquehuanca ofreció dialogar en un poblado al sur de Chaparina, a 38 km de distancia, o que todos los manifestantes -unos 1.000- fueran trasladados a la sede de gobierno en autobuses, una propuesta que fue rechazada.

Los aborígenes insistieron en continuar su marcha, pese a que frente a ellos se ubicaba una barrera de policías antimotines que desde hace una semana les impedía continuar su curso hacia La Paz invocando que pretenden evitar enfrentamientos en Yucumo, a 7 km de Chaparina, donde los aguardan indígenas aliados del presidente Evo Morales.

Los manifestantes se lanzaron sobre los policías y rompieron el cordón policial, ubicado sobre un puente, mientras el canciller era obligado a encabezar la marcha de los protestantes.

«Hay un policía herido», dijo escuetamente el director de Régimen Penintenciario, Boris Villegas, quien monitoreaba los incidentes desde una camioneta a varios metros de distancia. El uniformado habría sido alcanzado por una flecha en el cuello.

«¡Vamos a La Paz! ¡Viva la marcha!», vociferaban los manifestantes, mientras lanzaban insultos contra el canciller y un viceministro que lo acompañaba. Ambos sufrieron empellones, pero no resultaron heridos.

El jefe de la diplomacia, de etnia aymara y carta negociadora del Gobierno, marcha junto a los manifestantes «de manera obligatoria», aseguró el viceministro de Coordinación Gubernamental, Wilfredo Chávez.

En Yucumo, decenas de leales al presidente se organizaron ante las noticias sobre el cerco policial y anunciaron que frenarán la marcha por la fuerza.