Una buena copa de vino es una magnífica forma de celebrar cualquier acontecimiento positivo o de sellar una reconciliación, algo que firmaron ayer Titín III -acompañado por Abel Barriola- y Julen Retegi con sus fantásticas remontadas dentro del desafío del vino programado en la antesala de la final de la feria matea. El delantero de Tricio estaba bastante frustrado por sus dos derrotas y el incidente de la víspera, mientras Julen Retegi quería reivindicar con un triunfo su mejoría en las últimas semanas, tras un verano muy complicado, y qué mejor forma de resarcirse que con las 1.200 botellas de vino que consiguieron para su empresa.

Los integrantes de la familia de Asegarce deben tener las bodegas llenas tras haberse impuesto en los desafíos de Iruñea y Gasteiz, pero ayer cerca estuvieron de conseguir otro buen lote de cajas cuando, tras la clara victoria de Lemuno en el mano a mano 22-6, Berasaluze VI-Begino tuvieron contra las cuerdas a Titin III-Barriola -llegaron a ir ganando 15-6-, y Olaetxea tuvo muy cerca el punto definitivo cuando llegó a mandar 19-13 sobre Julen Retegi. Sin embargo, las ganas por sacarse la espina del riojano y el navarro tuvieron su premio.

Lemuno, sin rival

Las cosas comenzaron muy bien para los intereses de Asegarce, con Lemuno pasando por encima de Cecilio en un partido mano a mano que apenas duró media hora. El delantero lapurtarra está tomándole la medida a la competición y parece destinado a cumplir todos los buenos presagios que hacen todos sus técnicos y compañeros.

De hecho, Aimar Olaizola, que lo ha solido utilizar de sparring en las grandes competiciones individuales, ha comentado más de una vez que «cuando juegue como entrena, puede competir con cualquiera», y camino de ello lleva. En el primer partido de este torneo individual de Logroño dejó en cuatro a Untoria y ayer Cecilio, que había dejado en siete a Zabaleta, sólo pudo hacerle seis tantos.

En el partido de parejas llegó la primera gran remontada de la tarde, que vino con susto incluido, cuando Abel Barriola, en su segundo partido tras su reaparición, tuvo que retirarse al vestuario con pequeños mareos tras un golpe en el 4-3. Afortunadamente no pasó de ahí y el de Leitza regresó a la cancha, donde las cosas se les pusieron muy complicadas. Con Begino mandón y Titín sin poder coger el sitio y sentirse cómodo en la cancha, los remates de Pablo Berasaluze pusieron a la pareja de Asegarce hasta 15-6 en el marcador, con lo que el triunfo y las botellas de vino parecían tomar camino hacia Bilbo.

Sin embargo, entre que Titín no parecía dispuesto a irse de su feria con tres derrotas consecutivas, que Barriola siguió manteniendo unas sensaciones y un rendimiento fantástico para haber estado tanto tiempo parado, y que a Pablo Berasaluze se le acabó la chispa y terminó bastante cansado, los de Aspe culminaron una remontada que parecía imposible para terminar ganando por 22-20 y mantener vivas las esperanzas.

El último y definitivo partido, el del Cuatro y Medio, tuvo un desarrollo bastante similar. En la primera parte, Mikel Olaetxea confirmó que se ha convertido en una de las revelaciones del verano -quizá con tres txapelas de segunda convendría decir ya realidades-, desarbolando por momentos a todo un especialista de la distancia como Julen Retegi. El de Lizartza sacó a relucir su amplio repertorio de remates y llegó a adelantarse 9-1, 12-5 y 19-13 ante un Julen Retegi que se mostraba impotente.

Sin embargo, poco a poco, el navarro comenzó a imponer su superioridad física, empezó a hacer daño con su derecha y ese dominio, acompañado de bonitos y precisos remates, le permitió cerrar la remontada con una preciosa dejada en el 22-20.