59 EDICIÓN DE ZINEMALDIA
Isaki Lacuesta gana una Concha de Oro arriesgada y abstracta
Contra todo pronóstico, porque no gustaba a la crítica, «Los pasos dobles» de Isaki Lacuesta fue la ganadora de la Concha de Oro en la ceremonia con la que anoche se clausuraba la 59 edición de Zinemaldia. María León y Antonis Kafetzopoulos fueron reconocidos como mejores intérpretes, mientras que Hirokazu Kore-eda tuvo que conformarse con el Premio al Mejor Guión. Terence Davies y Enrique Urbizu se fueron con las manos vacías.
Ariane KAMIO | DONOSTIA
La primera edición de la «era Rebordinos» concluyó ayer con una gala que se convirtió en el punto álgido de Zinemaldia. Si en años anteriores el Jurado Oficial anunciaba los nombres de los ganadores del palmarés en una comparecencia a media tarde, este año la organización quiso dotar de más emoción al final del festival, con una gala que se asemejó más a las de otros grandes festivales. Y es que Zinemaldia ha sido hasta el momento el único certamen de su categoría en anunciar la lista de ganadores antes de la gala de clausura.
Así, la expectación por conocer los nombres de los ganadores era mayor que la de otros años. Todas las miradas, las del público y de la crítica, se concentraron en la ceremonia final que comenzó a las 20.30 de la tarde, y que presentaron las actrices vascas Marta Etura y Barbara Goenaga. Con un aire bastante sobrio, fueron desgranando primero los premios paralelos para dejar para el final los galardones oficiales.
Isaki Lacuesta (Girona, 1975) se convirtió en el gran protagonista de la noche; para algunos de forma muy grata, y para otros, no tanto. El gerundense fue galardonado con el máximo premio del certamen por «Los pasos dobles», una cinta rodada en Mali y que indaga en la vida del pintor francés François Augiéras, quien cubrió de pinturas un búnker militar en el desierto africano y luego lo dejó hundirse en la arena para que nadie lo encontrara hasta el siglo XXI. La narración va intercalando imágenes del artista mallorquín Miquel Barceló en plena acción, como si éste interpretase al alter ego de Augiéras.
Durante su proyección en la Sección Oficial la cinta polarizó la opinión de la crítica. Mientras unos la calificaban de «obra maestra», otros mostraron su indignación ante su estilo «costumbrista». Durante la gala de ayer la lluvia de reacciones volvió a ser la misma; abucheos y aplausos se entremezclaron cuando el director y su equipo subieron al escenario para recoger su Concha de Oro.
«Cuando fuimos por primera vez a Mali -dijo Lacuesta-, hubo unos adivinos que, tras sacrificar una cabra, hicieron unos dibujos con su sangre e intentaron averiguar nuestro futuro. Nos dijeron que las pasaríamos putas, pero que el viaje iba a acabar bien», señaló el catalán. Consciente de las críticas que estaba recibiendo por parte del público, antes de abandonar el escenario añadió, dirigiéndose a las personas que aún no han visto la película: «Si mañana (hoy) leen entre las criticas que `Los pasos dobles' es una película ininteligible, no hagan caso, confíen en su capacidad», concluyó.
Deslumbrante María León
El único acierto de las habituales quinielas que se realizan antes del anuncio del palmarés fue la Concha de Plata a la Mejor Actriz, que el jurado otorgó a María León por su interpretación en «La voz dormida». Entre lágrimas, muchas lágrimas, dedicó su premio a su «hermana» Inma Cuesta, coprotagonista de esta emocionante historia. «Gracias Inma, porque, sin ti, Pepita (el personaje al que da vida en la película) no hubiese sido la misma. Gracias a Benito Zambrano por darme la oportunidad de hacer este papel bombón; a mi chico por aguantarme todos los días; y a mis hermanos, Alejandro y Paco, ¡que me has metido en este mundillo! Y, por último, a mi madre, la Carmina, mi sicóloga, mi amiga y mi enemiga cuando debe», concluyó la actriz, cuyo premio fue el más aplaudido durante la ceremonia.
Sorpresa también la que provocó la Concha de Plata que recibió el actor griego Antonis Kafetzopoulos («Adikos Kosmos»), quien dedicó el galardón a todo el equipo «por continuar adelante en momentos difíciles, ya que no es nada fácil hacer cine en Grecia». La película fue doblemente galardonada, ya que su director Filippos Tsitos ganó el premio al mejor realizador.
El Premio Especial del Jurado fue a parar en manos de Julie Delpy, con «Le Skylab», por la relación de la directora con el resto del reparto. El de la Mejor Fotografía fue para «Happy End».
Hirokazu Kore-eda, uno de los grandes favoritos para alcanzar la Concha de Oro, se tuvo que conformar con el Premio del Jurado al Mejor Guión por su película «Kiseki» («Milagro»). La crítica apuntaba incluso que el director japonés conseguiría la «Concha de la consolación», después de que en 2008 también fuera el favorito con «Aruitemo, aruitemo» («Still Walking») y regresase a casa con las manos vacías. Ayer no obtuvo el máximo premio, aunque no se fue de vacío, y se mostró muy relajado durante su discurso. «He traído la corbata para la ceremonia, pero se me han olvidado los zapatos», bromeó.
Nada para Davies y Urbizu
Las grandes perdedoras de la noche, otras de las favoritas que la crítica colocó en los puestos más altos del palmarés, fueron «The Deep Blue Sea», de Terence Davies, y «No habrá paz para los malvados», del director bilbaino Enrique Urbizu.
El de Liverpool causó muy buena sensación entre el público donostiarra y, además de postularse como candidato a la Concha de Oro, su nombre también sonaba entre la Concha de Plata al Mejor Director, y el de Rachel Weisz, entre la Concha de Plata a la Mejor Actriz. Urbizu también era uno de los candidatos a la Concha de Oro, y su protagonista, José Coronado, a proclamarse el mejor actor de la Sección Oficial. Pero ningún pronóstico se cumplió.
La ceremonia transcurrió con un tono bastante serio, con la presencia de numerosas caras conocidas como la bertsolari Maialen Lujanbio, la cantante Anari, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano -muy relajado con la consejera de Cultura, Blanca Urgell- o el alcalde Juan Karlos Izagirre. Zinemaldia cerró el telón con el filme de clausura, una políticamente incorrecta y divertida «Intouchables», de Toledano y Nakache.
Cuando Frances McDormand anunció que la Concha de Oro a la Mejor Película era para «Los pasos dobles», de Isaki Lacuesta, se escucharon fuertes pitidos tanto en la gala como en la sala de prensa. Este filme no aparecía como ganador en ninguna quiniela; cuando se proyectó el lunes la respuesta del público no fue muy buena y en la rueda de prensa posterior el director tuvo que escuchar duras críticas de algunos periodistas. Ayer, el cineasta catalán y su equipo posaron para las cámaras muy alegres, y cuando una periodista le preguntó si tenía alguna amargura por las críticas, Lacuesta fue contundente en su respuesta: «Ninguna amargura».
Declaró que están «muy contentos y con muchas ganas» de mostrar esta cinta rodada en Mali a los espectadores. Indicó que es un proyecto pequeño, hecho con poco presupuesto, y estaba agradecido porque este galardón les ayudará a difundir la película. Además, contó que esta semana lo han pasado muy bien aquí. «¿No te preocupa que el filme no se haya entendido?», quiso saber una periodista. Y Lacuesta le respondió enseguida: «Se entenderá». Explicó que para él un festival no es el lugar más apropiado para entender una película, y dijo convencido que «ya se irá entendiendo».
Lacuesta presentó en el Zinemaldia dos trabajos relacionados entre sí, «Los pasos dobles» y el documental «El cuaderno de barro». La película galardonada ahora en Donostia ya se encuentra en la cartelera y el cineasta anunció que se podrán ver los dos filmes en Madrid en una sesión doble. Preguntado por los distintos soportes que se utilizan para mostrar las películas, señaló que él no quiere renunciar a nada. «Si se ve en internet o en la televisión, estupendo. Y en el cine también. No está el patio para desaprovechar oportunidades».
Sobre el cine que se hace en el Estado español, comentó que se hacen trabajos de todo tipo y que éste es un momento interesante, pero añadió que echa en falta que se conozca más la labor que han hecho los maestros y que se aproveche más ese tesoro, sin empezar siempre de cero.
Continuando con el debate que ha surgido sobre si «Los pasos dobles» es costumbrista o no, el director aclaró que no lo cree, porque no representa la vida de Mali. Maider IANTZI