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Mularroya, un pantano que se est� construyendo sobre un r�o seco

Construir un pantano sobre un r�o seco puede parecer una completa contradicci�n, pero es s�lo una m�s de las cosas que llaman la atenci�n en la presa que est�n construyendo en Mularroya, en la comarca aragonesa de Val de Xal�n.
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Martxelo D�AZ

Mularroya es una de las tres grandes obras hidr�ulicas que se est�n construyendo, junto a los pantanos de Esa y Biscarru�s, en Arag�n y que han provocado un alto grado de oposici�n, destacando, adem�s de la agresi�n medioambiental que suponen, que no son sostenibles econ�micamente.

A diferencia de los otros dos pantanos, Mularroya no se sit�a en el Pirineo, sino en en la cuenca del r�o Xal�n, uno de los principales afluentes del Ebro por su margen izquierda y que nace en el Sistema Ib�rico.

Pero el pantano no se sit�a en el Xal�n, sino en el Gr�u, un corto r�o, poco m�s que un barranco, que, seg�n destacan los miembros de la Asociaci�n Plataforma Jal�n Vivo, no tiene caudal suficiente para llenar los 103 hect�metros c�bicos que est�n previstos en Mularroya. Y es que el r�o Gr�u est� seco buena parte del a�o.

Para evitar el serio problema que supone construir un pantano en un r�o seco, la Confederaci�n Hidrogr�fica del Ebro (CHE) no ha encontrado mejor soluci�n que planear un t�nel de trece kil�metros de largo que coja agua del r�o Xal�n en las inmediaciones de Calatay� y la vierta en la cuenca del Gr�u. El problema es que se trata de una obra fara�nica, que atravesar� zonas de gran inter�s ecol�gico, declarados como ZEPA para la protecci�n de las aves que anidan all�, especialmente buitres, alimoches y �guilas reales, y pondr� en riesgo acu�feros.

De hecho, el Tribunal Superior de Justicia de Arag�n y la propia Audiencia Nacional espa�ola declararon en 2009 nulos el anteproyecto, el proyecto y la evaluaci�n de impacto ambiental del pantano de Mularroya ante la agresi�n que supon�an. Sin embargo, tal y como sucedi� con Itoitz, se fij� una fianza inasumible para los opositores a la construcci�n del pantano para proceder a parar las obras. La consecuencia es que, a pesar de que las obras se han declarado ilegales, contin�an adelante.

Adem�s de los da�os medioambientales, quienes se oponen al pantano de Mularroya destacan que la viabilidad econ�mica de la obra es m�s que cuestionable. La justificaci�n de la presa es que incrementar� el regad�o en la comarca, pero los regantes tendr�n que pagar hasta 300 euros por hect�rea por los gastos fijos de la infraestructura de Mularroya. A esta cantidad, habr� que a�adirle el consumo de agua que realicen en sus campos. Actualmente, los regantes de Val de Xal�n pagan diez veces menos por estos conceptos y aun as� muchas de sus explotaciones est�n lejos de ser rentables. Cultivos como el melocot�n no sirven en ocasiones ni para cubrir gastos ante los bajos precios que reciben los agricultores. Muchas veces prefieren tirarlos o dejar que se pudran.

Dejar al r�o Xal�n sin agua

La captaci�n de agua del r�o Xal�n para trasvasarla al Gr�u sienta las bases para otro gran problema medioambiental, ya que el cauce principal en estos momentos no es ni siquiera capaz de garantizar un m�nimo caudal ecol�gico. El Xal�n, a su paso por Ricla, no parece siquiera un r�o. Las sucesivas captaciones para las acequias de riego lo han dejado pr�cticamente seco. El agua ni siquiera es capaz de superar el azud y el r�o se convierte en una sucesi�n de charcos inconexos de agua estancada.

Captar agua para llenar el pantano de Mularroya puede ser la condena a muerte para el r�o Xal�n, convertirlo en una cloaca, como denuncia Rosa Aznar, integrante de la Asociaci�n Plataforma Jal�n Vivo. Se estima que la detracci�n de agua del r�o Xal�n hacia el Gr�u ser� de unos 103 hect�metros c�bicos al a�o, cuando la propia CHE se hab�a fijado un l�mite m�ximo de 40 hect�metros c�bicos al a�o.

Junto a ello, tal y como ocurri� con el pantano de Itoitz, la presa de Mularroya se asentar� sobre una falla, la de Gr�u, con lo que supone de riesgo de colapso y peligro para las poblaciones situadas aguas abajo de la pared. Son numerosos los estudios sobre la sismicidad inducida, que destacan que el peso de una masa de agua sobre una falla incrementa el riesgo de terremotos. En el caso de Itoitz, por ejemplo, se han registrado numerosos sismos desde que se llen� el pantano. Cayendo en el humor negro, parece que la CHE tiene serios problemas para encontrar un lugar en el que construir un pantano sin que exista una falla debajo.

Desde Jal�n Vivo se han planteado alternativas m�s baratas y sostenibles frente al pantano de Mularroya, como la creaci�n de una comunidad de regantes de aguas subterr�neas que gestionen adecuadamente el acu�fero de Alfam�n. Este planteamiento se present� en la comparecencia que este grupo realiz� recientemente en las Cortes de Arag�n. Sin embargo, su presencia en el Legislativo aragon�s no puede ser calificada de positiva por Jal�n Vivo, ya que no consideran que los grupos parlamentarios (PP, PSOE, PAR, CHA e IU) tomaran en cuenta sus planteamientos.

Junto a ello, la presencia de Jal�n Vivo coincidi� �casualmente� con el periodo de apenas 24 horas en el que estuvo vigente una reforma reglamentaria que imped�a que los comparecientes tuvieran turno de r�plica tras la intervenci�n de los grupos parlamentarios, por lo que denuncian que se les hurt� el derecho a exponer sus tesis de manera adecuada. Tras su paso por las Cortes de Jal�n Vivo, esta reforma se anul� y los futuros comparecientes tendr�n derecho a r�plica.

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