Josu MONTERO I Escritor y crítico
Salamanca
La educación está en el punto de mira; «su popularización ha traído su ruina», empiezan a sugerir algunos; «el conocimiento hay que pagarlo», susurran otros. Y yo pienso: no es casual que precisamente esta estafa financiera, este desfalco especulativo del que somos víctimas, ¡y cómplices!, se produzca en una sociedad que ha tirado al cubo de la basura los estudios de Letras y de Humanidades.
Pero volvamos a Salamanca. En su Universidad se produjo en 1936 el encontronazo entre su rector, Unamuno, y el tullidísimo fundador de la legión, Millán Astray, que ha llevado a los escenarios teatrales el tándem Antonio Álamo/Adolfo Fernández. «Venceréis pero no convenceréis», zanjó D. Miguel la disputa que le valió el destierro. Lo malo es que hoy vencen y convencen, porque les seguimos votando como gilis. Tanto da a quién. Como afirma una pintada, de las abundantísimas que me han sorprendido en las paredes de Salamanca, justamente junto a su Universidad: «La democracia son los padres».