Maite SOROA | msoroa@gara.net
A Carrascal no le gusta Gernika
A la derechona española no le ha gustado ninguno de los pasos que en los últimos meses se han dado en Euskal Herria para articular un proceso democrático, de modo que tampoco es de extrañar que no les haya hecho ninguna gracia la adhesión de EPPK al Acuerdo de Gernika. Ayer, les costaba encontrar argumentos, pero lo intentaban. Como el inefable José María Carrascal, quien en «ABC» advertía: «Ojo al comunicado». En su columna del diario de Vocento, aseguraba que el paso dado por los prisioneros es «más de lo mismo», aunque un poco más abajo el periodista madrileño mostraba lo que realmente le preocupa: «No pueden [los presos] a cambio de un gaseoso llamamiento a la reconciliación, volver a sus pueblos, como héroes incluso, como el que, tras una vida de trabajo honesto, se retira a gozar de la jubilación». Carrascal, metido a señor de las mazmorras, lo que teme es cómo recibirán sus convecinos a las presas y presos, y como intuye que no será como él quisiera, pide que tiren al mar la llave del candado.
Por no gustarle, a Carrascal tampoco le agrada el párrafo del Acuero de Gernika en el que se alude al reconocimiento y reparación de todas las víctimas del conflicto. ¿Por qué? Porque a su juicio esa frase contiene «una triple falsedad». Y se explica: «Aquel no es un conflicto político, sino delictivo. La única violencia ilegal que ha generado fue la practicada por ETA, pues el Estado español, por el mero hecho de serlo, está autorizado a usar la violencia en defensa del bien común». Pues servidora tiene claro que el estado ha cometido todo tipo de actos de violencia, legal e ilegal, que han causado mucho dolor y sufrimiento.
Pero el veterano, por decir algo, periodista insiste: «Y mucho cuidado con lo de `todas las víctimas', pues es otra de sus trampas favoritas. Víctimas, lo que se dice víctimas, sólo son las causadas por ETA. E incluir a quienes las perpetraron, apoyaron o justificaron es añadir el sarcasmo a la injusticia, al igualar víctimas y verdugos». Pero incluso alguien tan obtuso él es consciente de que en Euskal Herria sabemos conservar la memoria. Por eso muchas y muchos iremos a votar el 20N recordando a Santi, Josu y a todas las víctimas de ese estado que tanto defiende Carrascal.