La asociación Sos Bebés Robados Euskadi compareció ayer en las Juntas Generales de Gipuzkoa para solicitar que se cree una comisión de investigación dedicada a indagar sobre los robos de niñas y niños, unos hechos que en la actualidad afectan a cientos de familias en el Estado mientras los casos denunciados siguen aumentando. Representantes de la asociación solicitaron que el conjunto de los casos sean considerados «una trama» y ellos «víctimas» de esa red que comenzó a actuar en la década de los años 50 y se prolongó hasta mediados de los 90, siempre según consta en las denuncias.

La de ayer no fue la primera vez que solicitaron la creación de una comisión, pero aprovecharon la ocasión «para recordárselo» a los representantes políticos, según explicó Argiñe López, portavoz de Sos Bebés Robados Euskadi. Todas las formaciones políticas saludaron la propuesta y, si bien no se fijó una fecha concreta para formar el grupo de trabajo, aseguraron que «se pondrían a trabajar en la misma dirección, dejando de lado las confrontaciones». Esta respuesta fue valorada como «muy positiva, porque nos aporta algo de esperanza».

Recibir ayuda económica e institucional serviría, como indicó López, de gran ayuda para avanzar en las investigaciones que la asociación lleva a cabo con sus propios medios y recursos. «Lo importante es que las instituciones hagan todo lo que esté en sus manos», recalcó. Al respecto, dieron cuenta de la cantidad de problemas a los que se enfrentan cada vez que solicitan documentos e historiales médicos, ya que en muchos casos se les niega cualquier información «escudándose tras la Ley de Protección de Datos». López recuerda que se trata de historiales a los que las personas afectadas tienen derecho de acceder, y los centros sanitarios obligación de facilitar.

Informes falsos idénticos

No obstante, pusieron el acento en que el conjunto de los casos se consideren «una trama», algo que creen «imprescindible». López aseguró que tienen en sus manos historiales médicos que, salvo los nombres y apellidos de las madres y los bebés, el resto de datos son idénticos, «¡incluso los errores!». Los nombres de médicos y enfermeras implicadas también se suceden.

«Revisando los partes de manera individual, uno no se percata de ello -recalcó-, pero basta tener varios sobre la mesa para darse cuenta de que se trata de algo organizado».