«¿Qué queremos para Lezama?», se preguntó ayer su actual máximo responsable, José Mari Amorrortu, al inicio de la presentación del nuevo proyecto deportivo y organigrama del fútbol base rojiblanco. «Un Lezama donde nos replanteemos cada día lo que hacemos, abierto y con respeto absoluto por las tradiciones», contestó. «¿Cuál es el éxito de Lezama?», inquirió de nuevo. «La evolución del jugador», respondió. Dos pilares sobre los que el Athletic quiere implementar el enésimo enfoque de la cantera bilbaina y que va a tener en la formación, pero también en las muchas veces errónea primera captación, sus principales ejes de trabajo.

En un mundo tan globalizado, no sólo con respecto a captación de jugadores sino de la transmisión de ideas, es evidente que Lezama se tiene que reinventar para tratar de ser lo que un día fue. Cada vez más los clubes apuestan fuerte por sus canteras, con una u otra filosofía y objetivos. Y como decía no hace mucho el periodista Juan Carlos Latxaga, coautor de ``Lezama, el corazón del Athletic'' -que por cierto, fue presentado en mayo y sigue sin ver la luz-, «si Lezama triunfa, será porque va un paso por delante de los demás».

Y donde la nueva dirección del fútbol base quiere hacer hincapié para ir ese paso por delante es en el aspecto formativo. «Tenemos que ser los mejores en formación, porque eso es lo que nos diferencia. Tenemos que ser un centro de vanguardia en la formación, con una metodología lo más avanzada posible», sentenció Amorrortu.

Nombres propios

Las grandes novedades en el organigrama de Lezama son la vuelta de Edorta Murua -como responsable del tramo que va del alevín al cadete B- y el veterano Koldo Asua -que retorna al frente de la fidelización de jugadores y familias-, y como novedad José Manuel Sevillano, quien ya estuvo como preparador físico en las categorías inferiores del Atlético de Madrid cuando Amorrortu era el director deportivo del futbol base `colchonero' y que ahora se encargará del Área de calidad.

Otros nombres del nuevo diseño son los de Blas Ziarreta e Iñigo Lizarralde, que se encargarán del estratégico Área de captación, o Fernando Quintanilla Txirri, al cargo del proyecto externo del fútbol vizcaino y relación con los clubes -con Lander Hernández y Esteban Feijoo-.

Saber jugar con y sin balón

La primera captación será uno de los aspectos en que más hincapié haga el nuevo proyecto. «La mayor parte de los jugadores que han tenido una larga vida en el club, proceden de ahí. Vamos a darle la atención que se merece», apuntó Amorrortu.

Y el Athletic no se va a fijar tanto en la técnica -«tengo mis dudas de que sea hoy lo más importante», apuntó-, sino en facetas como la toma de decisiones para interpretar el juego, o la rapidez no sólo física sino a la hora de pensar y ejecutar. «No es suficiente decir de un chaval que juega bien, porque para ser competitivo debe saber jugar también sin el balón», avisó.

«Seremos muy inconformistas, no es sólo ganar». Amorrortu dejó claro con estas palabras que su apuesta pasa por conjugar en la cantera rendimiento y actitud ganadora. «Lo más importante es que el jugador avance y no sólo que ganen sus equipos, sino tener una mirada más amplia, del día a día», definió. Una exigencia que no sólo va con los jugadores, sino que «todos tenemos que ser competitivos, también los entrenadores».

Que «defiendan atacando»

El responsable de Lezama incidió en la filosofía de dar «un paso adelante en la idea del juego» para la cantera, donde se «defienda atacando», donde no prime la defensa sobre el ataque ni al revés. No quieren jugadores que se replieguen cuando no tienen el balón. «No ir atrás y apretar siempre» será el lema del estilo que se pretende, donde la actitud defensiva comience nada más perder el balón.

Y ahí no habrá un patrón de juego para todos los equipos base, ni 4-4-3, ni 3-4-3. «No hay un paradigma de sistema por sistema, sino que hemos evolucionado hacia la posición y las funciones dentro de la posición», argumentó.