INTERNACIONAL
«Esa manera cobarde de marcar»
Menotti decía que en Rosario Central no celebraban los penaltis «porque los mete cualquiera », pero lo cierto es que no siempre es así.
Joseba VIVANCO
Las imágenes de su lanzamiento de penalti dieron la vuelta al mundo. En ellas se puede ver a un jugador avanzar hacia el balón, girar sobre sí mismo y golpear el esférico de tacón. El protagonista se llamaba Theyab Awana Diab, internacional por Emiratos Árabes Unidos en un partido contra Líbano. Falleció este pasado martes en un accidente de tráfico.
Una ejecución y una desgracia que nos hace recordar lo mal que lo está pasando un estilista del mejor fútbol brasileño de la historia como era Sócrates Brasileiro Sampaio de Sousa Vieira de Oliveira, más conocido como Sócrates, a secas -sus hermanos se llamaban Sófocles y Sóstenes-, aquel que popularizó los lanzamientos de penalti de espaldas, con su bota del 38 y su 1,92 de estatura. Hace sólo unas fechas fue dado de alta tras estar hospitalizado 17 días, producto de una hemorragia digestiva derivada de una cirrosis, que incluso le llevó al coma.
Activo militante político contra la dictadura de su país, el Doctor, como se le llamaba por sus estudios en medicina, formó parte de uno de los mejores once cariocas de toda la historia, el del Mundial de Naranjito del 82 y aquel involvidable partido contra la Italia de Rossi. Pero más allá del futbolista estuvo siempre su compromiso social, aquél que le llevaba a portar cintas en el pelo durante los partisos con lemas como ``comida para Etiopía'' o ``No al apartheid''.
En Brasil, la cuna del arte del balompié, se dice que los penales son tan importantes que sólo debería estar autorizado a lanzarlos el presidente. ¡Pues hasta cuatro fallaron los brasileños en la tanda desde los once metros contra Paraguay en la última Copa América en julio! Una afrenta para su torcida similar a la que para los argentinos supuso el día en que el Loco Palermo falló tres penaltis en un partido. Y eso que, como recordara César Luis Menotti en sus inicios en Rosario Central, «teníamos prohibido gritar un gol de penal, porque un gol de penal lo hace cualquiera».
De Panenka a Maradona
El penalti perfecto, afirman investigaciones científicas, es un balón lanzado alto, enviado de forma precisa a la parte derecha o izquierda del portero y rápido, a unos 25-29 metros por segundo, o lo que es lo mismo, a entre 90 y 104 kilómetros por hora. El gran húngaro Ferenc Puskas, conocido como `Cañoncito Pum', se cuenta que entrenaba una y otra vez, tirando a un disco de 25 centímetros que colgaba 80 centímetros del larguero. No sabemos si el mítico checo Antonín Panenka había ensayado aquel lanzamiento que en la Europa de 1976 ante Alemania le hiciera famoso -«sólo podía ser obra de un genio o un loco», dijo Pelé de esta jugada-, lo que sí es cierto es que en toda su carrera futbolística tan sólo erró un lanzamiento desde los once metros... y en un partido amistoso.
Una gesta parecida a la de un histórico del fútbol inglés, y no hablamos de los especialistas Gary Lineker o Alan Shearer, sino de Matthew Le Tissier, el ex alma del Southampton, quien transformó 49 de los 50 que lanzó a lo largo de su carrera. Otro gran especialista, el italiano Roberto Baggio, exhibe el promedio de aciertos más elevado de la historia del Calcio, 76 de 91 intentos durante sus 22 años en activo, lo que no le evitó fallar el decisivo contra Brasil en la final del Mundial 94.
Y es que cualquiera tiene un tachón en su trayectoria. Hasta el mismísimo Pelusa Maradona. El mítico capitán argentino entró en la historia de su país por varios récords positivos... y de los otros. En 1996, jugando para Boca Juniors, falló hasta cinco penales consecutivos en distintos partidos. No fueron sus únicos máximos castigos fallados. En su etapa en el Napoli, en un partido de Copa de la UEFA, perdió 100 dólares en una apuesta con el portero del Sporting lisboeta Tomislav Ivkovic, que le detuvo un lanzamiento.
¿Error del que tira o acierto del portero? La eterna pregunta sobre la que es la regla número 14 del fútbol. Sicólogos del deporte de la Universidad de Chichester, que pidieron a 40 futbolistas que tirasen docenas de penaltis a lo largo de una semana contra un mismo portero que cambiaba su camiseta, concluyeron que cuando iba de rojo, sólo el 54% de los penaltis entraban; en amarillo, el 69%, en azul el 72% y en verde el 75%. O lo que es lo mismo, cuidado con los guardametas que visten de rojo. Distraen al lanzador.
Hay experimentos, igualmente, que sugieren que mirar a las caderas de los jugadores al final de la carrera da una idea de hacia dónde se tirará el balón. Investigadores de la Universidad de Hong Kong también indicaron que si un portero se mueve entre 6 y 10 centímetros del centro, es suficiente para tentar al jugador a tirar al otro lado.
A John Heath, jugador del Wolverhampton Wanderers, le cupo el honor de anotar el primer penalti de la historia, el 14 de setiembre de 1891, en un partido ante el Accrington. Hasta 1902 no nació el punto de penalti, a once metros de la portería. Desde entonces, el penalti sigue siendo una jugada no exenta de incertidumbre, donde se retan cual duelo, como el torero y el toro, lanzador y portero, con ventaja para el primero. Quizá al arquero le consuele, como diría Pelé, que «un penalti es una manera cobarde de marcar».
Mientras Robin van Persie hacía su gol 100 con el Arsenal y el defensa del Aston Villa Richard Dunne su noveno autogol, las ligas europeas ya tienen a su primer campeón, el Helsingborgs IF sueco -séptimo equipo que lo gana en otras tantas temporadas-, a falta de tres partidos. En su vecina Finlandia, quien ha sido el protagonista del fin de semana es un viejo conocido del barcelonismo, Jari Litmanen, que a sus 40 `tacos' anotó un golazo tras controlar el balón con el pecho, como en sus mejores tiempos del Ajax de mitad de los años 90, junto a los Seedorf, Bergkamp, Van der Sar, Frank y Ronald de Boer, Davis, Kluivert, Babangida, Finidi... Otro veterano del fútbol, Andrei Tikhonov, saltó al campo por última vez en la victoria del Spartak Moskva, a sus 40 años y más de 700 partidos y más de 200 goles. «Tenía una cualidad muy valiosa, llevaba a rajatabla una dieta diaria y respetaba mucho los horarios. Ése es el secreto de su larga carrera como futbolista», explicaba de él su antiguo entrenador en el `equipo del pueblo', Oleg Romantsev.
Más joven es Luis Ibáñez, argentino del Dinamo Zagreb, que anotó dos de los siete goles de su equipo. «Mi padre me llamó tras el partido y me preguntó que cómo había jugado. Y le contesté: `He marcado dos goles'. Y mi padre contestó: `Sí, muy bien. No hay forma de que tu marqués dos goles a no ser que se los deje el portero'. Siempre ha sido así. Es mi mayor crítico». Argentinos como los seis que presentó en su once inicial el Catania italiano ante la Juventus... ¡Pero es que en el plantel siciliano hay otros siete jugadores con esa nacionalidad!
Donde sí están de celebración es en su vecina Uruguay o, al menos, los hinchas del histórico Peñarol, que ayer festejó su 120 aniversario, fundado como Central Uruguay Railway Cricket Club, con el apoyo de emigrantes ingleses llegados a Montevideo de la mano del ferrocarril. Los carboneros fueron elegidos en 2009 el Mejor Club del Siglo XX de Sudamérica.
No sabemos si entre su hinchada hay mucha animación femenina como la del Fenerbahçe, que por sanción y una regla de la Federación turca por la que sólo las mujeres y los niños menos de 12 años pueden acudir a los partidos a puerta cerrada, vio cómo su campo lo llenaban 41.663 mujeres y niños. «Son más pasionales que los hombres», dijo su presidente. Al menos, jugaron el partido. El derbi congoleño de Kinshasa entre el AS V Club y Daring Club Motema Pembe se aplazó debido a que el estadio estaba reservado para un oficio religioso. J.V.