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Jakue Pascual | Sociólogo

Bilbao calling

Allá donde la institución no existía se había impuesto la autogestión de la cultura. El poder detesta los espacios asamblearios, en ellos no hay interés separado, sólo Comuna

Bilbo llama a las ciudades lejanas, se ha declarado la guerra, comienza la batalla, canta The Clash a ritmo de Macarrada. Alerta roja, orden de derribo. Rekalde y Bilbao aman a Kukutza. ¡No pasarán! Cinco días después la Ertzaintza despliega de madrugada un impresionante operativo y desaloja el inmueble, una respuesta es «sorda muda y cargada de violencia». Una instantánea recoge a los ultimos defensores esposados en el tejado bajo el sol de la mañana. En el foro interpolicias se congratulan por la utilización de blindados Hummer como en Afganistán.

Las sentadas pacíficas son bestialmente apalizadas. Bildu, Aralar, izquierda abertzale, EA, Alternatiba y CNT solidarios. 5.000 personas se plantan frente a los atónitos agentes que custodian el gaztetxe. Irola y Tas Tas en las ondas y una ikurriña pirata. Los jóvenes cruzan contenedores como defensa. El Juzgado paraliza cautelarmente el derribo. Ares cree «proporcionada y profesional» la actuación de la Ertzaintza y se enroca con Azkuna en la obediencia a la ley. Decenas de detenidos y 40 partes por lesiones. ELA-Ertzaintza se pregunta por el «interés crematístico» de quienes les envían. Azkuna acusa a Bildu de estar detrás de Kukutza y la coalición matiza: «estamos a su lado».

Día de la vergüenza. A las cinco de la tarde la noticia corre como la pólvora. Una gran máquina atraviesa Rontegi fuerte- mente escoltada. La asamblea del gaztetxe se declara no competente para enfrentar el derribo y jóvenes y vecinos se disponen a obstaculizar el paso del convoy. En la Línea del frente los móviles registran el acontecimiento. Los ertzaintzas golpean como dementes la persiana de un bar en YouTube.

Dos agentes zarandean a una mujer que podría ser su amoña. Se machaca a gente en los portales. Y la policía roba los partes médicos. ¿Sábeis como llaman los antidisturbios a los manifestantes? Ciervos. El monstruo clava su aguijón de hierro en Kukutza. Lágrimas de impotencia e ira afloran en las barricadas. Rekalde, Estado de sitio.

Los resistentes del barrio inician una marcha que contacta con el gentío que llega a la manifestación. Un breve instante de gloria antes de que el ataque policial siembre el caos. Noche de contenedores en llamas. Las redes echan chispas difundiendo imágenes, comunicados y relatos. Anonymous por Kukutza. Los ciberactivistas acusan a la empresa propietaria de implicación en actividades ilícitas e interfieren los servicios on line del Ayuntamiento. «Somos Anónimos. Somos Legión». Darle fuego a Bilbao canta Doctor Deseo. Ares lo define como una amalgama entre kale borroka, gente muy joven, alcohol y delincuentes de la guerrilla urbana. Nunca estuvo allí. Para Azkuna el Ayuntamiento está para «defender la propiedad privada».

Kukutza III demolido. La bomba táctica borra la autoorganización del mapa. Allá donde la institución no existía se había impuesto la autogestión de la cultura. El poder detesta los espacios asamblearios, en ellos no hay interés separado sólo Comuna. Hoy ocuparemos la Gran vía. ¡Kukutza IV está en marcha!

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