«Larry Crowne» pretende ser una comedia agradable, y podría haberla sido pero con otra pareja estelar. Tom Hanks y Julia Roberts se repiten a sí mismos en unos papeles totalmente estereotipados, lo que va en detrimento de una historia cuyo contenido social se va diluyendo por culpa de los protagonistas y su convencional romance.

El guión de Nia Vardalos, la autora consagrada comercialmente por «Mi gran boda griega», plantea un tema de reflexión para la actual crisis económica, que no desarrolla de manera conveniente y lleva por el terreno del más absoluto conformismo.

En resumidas cuentas apela a que las crisis sirven de segunda oportunidad para reinventarse y reconvertirse. Es lo que piensa el tal Larry Crowne, a quien despiden del supermercado en el que lleva muchos años trabajando, habida cuenta de que no tiene completados los estudios y no puede promocionar dentro de la empresa. Es así como decide matricularse en la Universidad, haciendo nuevos amigos y enamorándose de la profesora de lenguaje. Esta experiencia le cambia la vida, gracias a que en lugar de ir al paro vuelve a la escuela.