Se le ocurrió a Patxi López dar unos tímidos pasos en el pleno parlamentario del jueves, y la derecha más extrema saltó como un resorte contra el inquilino de Ajuria-Enea. Hasta ahora al lehendakari le había salvado su pacto con el PP, pero parece ya no es caballito blanco. En «La Razón», Daniel Portero se lamentaba porque «ya no hace falta que ETA o la Izquierda Abertzale se encarguen de exigir al Estado el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco. El lehendakari López tiene ya el encargo de ser el vocero oficial de los presos etarras ahorrando esta función a los seguidores y simpatizantes etarras». Por si no les suena su nombre, Portero es aquel que quiso descorchar una botella de sidra en Madrid al concer la muerte de un preso político vasco.

Sobre López, dice que «poca vergüenza tiene este señor de pedir el acercamiento de los terroristas al País Vasco sin tener en consideración nada de nada y menos a las víctimas. La frivolidad y la inmoralidad han vuelto a infectar a un lendakari (sic) con un pasado turbio y contaminado». Y concluye: «no nos engañe jugando con las palabras de los presos etarras. Le recuerdo que ETA inventó la estrategia: ¡Euskal presoak, Etxera!, expresión que usted parece querer hacer suya». Alguno sí que tiene turbias las neuronas.

Igualmente escorado a la derecha, en «ABC» Hermann Tertsch resumía que «López quiere que los presos vayan `a casa'; asume así el lema de ETA y su movimiento político de los últimos años». Señalaba el derechoso columnista que «La ha armado Patxi López con su discurso trampoco. Pero tenía que hacerlo. Porque se lo estaban pidiendo. Los de siempre. Los que piden, exigen y ponen condiciones». Por un momento servidora pensaba que se refería a las ciudadanas y ciudadanos vascos, pero va a ser que no. Tertsch, conocido por sus cuitas judiciales, se lamenta porque «el Estado asume así la tesis de ETA de que esos presos son poco menos que rehenes. Que como tales ya no cumplen sus funciones porque `la guerra ha terminado'. El terrorismo se ha acabado. No tiene sentido que cumplan sus condenas. Ha estallado la paz». Lo que parece que va a estallar de un momento a otro son algunas meninges. Y desde luego, lo que se le acaba a alguno es el chollo.