Floren Aoiz | www.elomendia.com
Tierra de recortadores y recortadoras
En estos momentos es hora de mirar al acuerdo político entre partidos, empresarios y sindicatos que Sanz mencionaba. Mirarlos para señalarlos con el dedo como responsables de los recortes
Lamento decepcionar a quienes esperen que hable de vaquillas y plazas de toros. Voy a hablar de tijeretazos, del zarpazo que le han dado al gasto público con la excusa de la crisis mientras mantienen las inversiones y el despilfarro que Navarra no necesita. Lo vamos a sentir en sanidad, en educación y en otros muchos aspectos, pero el maldito proyecto de Tren de Alta Velocidad seguirá adelante para que funcione el trasvase de fondos públicos a las arcas privadas, que es lo que algunos entienden por desarrollo económico. Otros gobernantes menos incapaces han comprendido que esos faraónicos proyectos deben olvidarse, pero en Navarra la estupidez tiene en las salas de gobierno sus mejores santuarios.
Una banda de caraduras ha llevado Navarra a esta situación y ahora, para colmo, pretenden sacar tajada de la crisis colando sus planes privatizadores y de desgüace de los servicios sociales. Que nadie espere la menor asunción de responsabilidades, nada de reconocer errores ni dimitir por haber demostrado semejante ineptitud. Los que nos han metido en este lío se postulan para sacarnos de él y nos piden nuevos sacrificios. Para mayor gloria de Navarra, claro.
Una Navarra por la que la crisis iba a pasar de largo, nos decían. Miguel Sanz una de las personas con menos luces y más responsabilidades de la política navarra, afirmaba en 2009, hace sólo dos años, que «en el conjunto de las regiones de España, Navarra ocupa un lugar puntero en la reacción ante la crisis». Y no contento con semejante necedad, añadía: «empezamos a trabajar antes, hemos adoptado medidas que han demostrado su acierto y, además, lo hemos hecho con acuerdo y concertación». Ese mismo año llegaba a declarar lo siguiente: «hemos sabido hacer los deberes con el llamado Plan Moderna». En mayo de 2010, en el Foro Nueva Economía, «ante representantes políticos y económicos nacionales y europeos», indicaba que Navarra, por diversas razones, había sido la primera en salir de la crisis. Entre esos motivos destacaba el «Pacto Político para superar la crisis económica» entre partidos, empresarios y UGT y CCOO. Supongo que le aplaudirían a rabiar, cuando debían haberle lanzado tomates. Claro que a fin de cuentas, seguramente los reunidos serían tan ineptos y responsables de las políticas que se han aplicado como el propio Sanz.
Si el ahora expresidente y los suyos tuvieran algo parecido a la dignidad estarían pidiendo perdón por el daño que han hecho. Pero, nada de eso. La sucesora de Sanz, Yolanda Barcina, habla de la necesidad de los recortes apelando a una situación de extrema gravedad sin mencionar nada que pueda parecerse a una autocrítica. No recuerdan ahora las bravuconadas de Sanz ni sus alardes de triunfalismo.
Lo que nos vendían como un oasis en medio de la crisis ha resultado ser un desierto. Y en estos momentos es hora de mirar al acuerdo político entre partidos, empresarios y sindicatos que Sanz mencionaba. Mirarlos para señalarlos con el dedo como responsables de los recortes que la mayor parte de la sociedad navarra va a sufrir.