La delegación bielorrusa en la cumbre entre la Unión Europea (UE) y sus vecinos del Este decidió ayer no asistir a la segunda jornada de reuniones alegando una «discriminación sin precedentes» por parte de la organización. Polonia, anfitriona del evento y presidenta de turno de la UE, lamentó la decisión y culpó al régimen de Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia desde 1994 y que la UE considera el último dictador de Europa, de aislar a sus ciudadanos de «una colaboración productiva» con la Unión.

La legación bielorrusa recordó en un comunicado que el Gobierno de Bielorrusia participó en la primera conferencia de la Partenariado Oriental, que tuvo lugar en Praga en 2009, de una manera «muy activa», ya que entonces no se dieron las circunstancias «discriminatorias» que se dan ahora. «Sin Bielorrusia, el Partenariado Oriental pierde seriamente su significado», añadió, sin cerrar la puerta a una colaboración futura.

Reunión con la oposición

La retirada llega después de las críticas que el jueves lanzaron a Lukashenko el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el primer ministro polaco, Donald Tusk. En el preámbulo de la cumbre, la UE ya cerró la puerta a toda colaboración con Minsk si el Gobierno no liberaba a los opositores detenidos e insinuó la amenaza de nuevas sanciones contra el Gobierno del presidente Alexander Lukashenko.

«No podremos retomar plenamente el proceso de acercamiento sin progresos manifiestos hacia la democratización y el respeto a los derechos del hombre», declaró el presidente de la UE, Herman Van Rompuy.

«Esto significa la liberación inmediata y la rehabilitación de todos los presos políticos y la apertura de un diálogo sincero con la oposición», añadió. Para apoyar el mensaje, Van Rompuy y Tusk mantuvieron un encuentro con miembros de la oposición de la ex república soviética, una iniciativa sin precedentes.

Por su parte, Minsk rehusó el nivel de representación que se le había concedido en la cumbre. El propio presidente Lukashenko tiene prohibido el visado en la UE y ha sido declarado persona non grata. En su lugar, la UE invitó al ministro de Asuntos Exteriores. Pero el Ejecutivo bielorruso decidió enviar solamente un embajador, antes de retirarse definitivamente.