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Crónica | desde el hospital de basurto

Iparragirre aguarda la decisión que le permita recuperar la salud en libertad

Ibon Iparragirre continúa encerrado en la tercera planta del pabellón Jado, en el Hospital de Basurto, esperando la decisión que le permita recuperar en libertad su salud, que ha visto mermada tras su paso por las cárceles españolas. La Audiencia Nacional movió ficha, pero no decretó su liberación inmediata como se exigirá hoy y mañana en Bilbo y Ondarroa.

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Agustín GOIKOETXEA

Pegado al cristal de la habitación que le acoge desde el martes, Iparragirre pasó la mañana tratando de comunicarse por señas con su madre y su compañera, que no pudo entrar en la estancia custodiada por la Ertzaintza hasta la tarde. No le permitieron tocarle, pero su esposa podrá hoy visitarlo de nuevo, habiéndosele autorizado a que su hija pueda acudir.

Muy débil por el brutal descenso en sus defensas, aunque sin fiebre, el preso de Ondarroa, portador del VIH, trata de superar la infección pulmonar que ha agravado hasta el límite su ya precario estado de salud y que motivó su traslado desde la prisión de Basauri.

Al mediodía, una delegación de los firmantes del Acuerdo de Gernika acudió a Basurto a conocer de primera mano la situación del prisionero político y solidarizarse con su familia. Tasio Erkizia, Lorea Bilbao y Ana Etxarte accedieron al pabellón Jado, pero ertzainas les impidieron contactar con él «por motivos de seguridad».

Fuera del recinto hospitalario, Erkizia -en calidad de portavoz de los agentes políticos, sindicales y sociales que suscriben la declaración- manifestó que es «urgente, imprescindible y totalmente necesario que, en nombre de los derechos humanos, se excarcele inmediatamente» a Iparragirre. El militante de la izquierda abertzale aclaró que, con ello, no solicitan «ningún favor, ningún trato favorable, sino que sencillamente se respeten los derechos humanos y que se apliquen las propias leyes españolas».

En nombre del Acuerdo de Gernika, exigió la libertad inmediata de Iparragirre y de otros presos políticos enfermos. «Si en cualquier situación es grave que la Administración del Estado conculque los derechos humanos de los reclusos, resulta especialmente grave e irresponsable que en este momento político en que se abren puertas a la esperanza, cuando se están dando pasos importantes, se mantenga esa política cruel en las cárceles».

Mientras eso sucedía en Bilbo, en el Parlamento de Gasteiz, PNV, Aralar, EA y EB presentaban una proposición no de ley en la que se pide a Instituciones Penitenciarias que «pongan de inmediato en libertad» al preso ondarroarra por la gravedad de su estado de salud.

La AN mueve ficha

Hace dos semanas, el abogado Alfonso Zenon interpuso en la Audiencia Nacional diferentes iniciativas para lograr la libertad de Iparragirre por motivos de salud. Ayer, a primera hora de la tarde, la Sección Primera de la Sala de lo Penal decretó la libertad provisional «por razones humanitarias» en una de las causas pendientes que tiene en el tribunal especial.

En la práctica, el auto no supone la liberación inmediata. Esta resolución, según fuentes jurídicas, permite a la Junta de Tratamiento de la cárcel de Basauri solicitar al juez central de Vigilancia Penitenciaria la prisión atenuada en su domicilio con una pulsera telemática. La decisión de la AN era importante, ya que al ser un preso preventivo en esa causa, según la legislación española, Instituciones Penitenciarias «no podía resolver la petición de prisión atenuada en el domicilio».

Mientras, Iparragirre sigue cumpliendo condena por otra causa, aunque su defensa también ha solicitado a la misma Sección Primera que la suspenda por enfermedad grave. Puede darse así el caso de que primero se dicte la prisión atenuada y luego la Audiencia suspenda la condena ante su delicado estado de salud. Es precisamente éste el que obligaría al vecino de Ondarroa a permanecer ingresado en un centro sanitario.

En los próximos días, según fuentes jurídicas, podrían producirse nuevas resoluciones que afectarían a la situación de Ibon Iparragirre. Mientras, se permitirá a varios familiares visitarle, aunque será dos veces a la semana por espacio de media hora y sin que exista contacto físico, tal y como explicaron a este diario desde Etxerat.

Al no haberse decretado la libertad inmediata, hoy, a las 12.30, tendrá lugar una concentración en el exterior del Hospital de Basurto y mañana, a la misma hora, está convocada una movilización que se prevé masiva en Ondarroa, para reivindicar que Ibon Iparragirre vuelva a casa libre para recuperarse, y también el resto de presos políticos enfermos.

 

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