MOVIMIENTOS POLÍTICOS EN EUSKAL HERRIA
La izquierda abertzale prioriza seguir sumando fuerzas aquí y en el mundo
Dos años después de su iniciativa que ha volcado el panorama político, la izquierda abertzale ha compartido con sus bases una reflexión sobre el camino futuro. ``Zutik Euskal Herria zehazten'' remarca que el proceso democrático actual es sólo el primer paso de la fase independentista, anuncia que está lista tanto para un escenario de negociación como para el contrario y subraya que actuará siempre mirando a Euskal Herria y a la comunidad internacional, no a los estados.
Ramón SOLA | DONOSTIA
Hace ahora justo dos años, la izquierda abertzale puso en marcha el debate interno que concluyó en un cambio de estrate- gia que ha alterado todo el panorama político en Euskal Herria. Ahora, aquel ``Zutik Euskal Herria'' ha sido actualizado en un documento denominado ``Zutik Euskal Herria zehazten'', que se ha compartido en estas últimas semanas con las bases en asambleas de diferentes niveles, incluida una de carácter nacional. GARA ha tenido acceso al texto, que hace balance positivo del camino recorrido en estos dos años -sobre todo porque «hemos ganado la batalla de la credibilidad»-, pero incide en que lo que queda por recorrer «no será fácil».
El documento sirve también para poner en perspectiva los acontecimientos que se van sucediendo, a veces a velocidad de auténtico vértigo. Así, hace hincapié en que el proceso democrático que se abrió con la iniciativa de la izquierda abertzale y avanza a buen ritmo constituye a su vez «la primera fase de la estrategia independentista», en cuanto que la resolución del conflicto es necesaria para llegar a ese objetivo final.
En este punto, la izquierda abertzale deja claro que tras su cambio estratégico «la negociación no es un objetivo ahora. No estamos luchando para negociar algún día con los estados, sino que negociando también estaremos luchando». En el caso de que se produjera ese situación, además, anticipa que la izquierda abertzale «actuará en todo momento mirando a Euskal Herria, a su gente y a la comunidad internacional, y no al Estado que tendrá sentado enfrente». Se subraya, por tanto, que en ese eventual escenario «lo obtenido en la negociación debe contribuir a fortalecer toda nuestra línea política, y en la medida en que esa línea política se fortalece también tendremos una posición negociadora más fuerte». Desde esa premisa, no teme en seguir dando «pasos unilaterales» si es preciso.
En consecuencia con ello, la izquierda abertzale ha transmitido a sus bases que no quiere fijar una posición negociadora concreta: «No queremos convertirnos en esclavos de nuestras palabras, no queremos repetir errores del pasado». Y anticipa que «no podemos quedarnos en las situaciones de bloqueo que querrán imponer los estados, tenemos que superarlas con flexibilidad e imaginación», a lo que añade que «la herramienta más eficaz» para ir avanzando es la suma de fuerzas en las calles y las instituciones.
Legalización y presos
El análisis de la izquierda abertzale pone énfasis por tanto en que los estados no condicionarán para nada su estrategia, y que ésta pasa por ganar peso tanto en Euskal Herria como en el ámbito internacional.
Sobre la primera, admite que en los procesos anteriores ha habido dificultades para articular la participación popular. Al respecto, apunta el valor de iniciativas en marcha como los herri bilgunes por los presos y refugiados, las dinámicas en favor de los derechos civiles y políticos, toda la batería de acciones del Acuerdo de Gernika.... siempre desde una perspectiva de sumar fuerzas. «Las auténticas garantías de nuestro éxito están en los pueblos y barrios de Euskal Herria, y sobre todo en los miembros de la izquierda abertzale que tienen que dinamizarlas», anuncia.
Ese impulso social será necesario, según las previsiones del documento, para tres cuestiones: «Formar, fortalecer y sobre todo activar políticamente la mayoría social en favor del derecho a decidir»; «lograr la legalización de la izquierda abertzale cuanto antes, para que todos podamos actuar en el proceso en las mismas condiciones»; y «traer a los presos y exiliados políticos a casa». Sobre este último tema, se anima a convertir cada excarcelación en «un activo político en favor de todo el proceso, sin quedarnos esperando acuerdos políticos». Y se plantea que «tenemos que crear de nuevo el clima de 1977, con una mayoría social amplia reivindicando que presos y refugiados retornen a sus casas. Seguramente estamos ante las mejores opciones políticas y sociales en mucho tiempo para lograrla». En paralelo se cita la necesidad de superar todas las formas de represión, tras constatar que los estados no lo harán por voluntad propia.
En cuanto a la implicación internacional, este ``Zutik Euskal Herria zehazten'' destaca los avances producidos en este terreno desde la Declaración de Bruselas y asegura que quienes participan en este ámbito «tienen una gran voluntad». La izquierda abertzale recuerda que el Grupo Internacional de Contacto se ha fijado como misión «impulsar el diálogo y negociación entre los agentes vascos» y que la Comisión Internacional de Verificación ha surgido para constatar el alto el fuego de ETA, pero augura que éstas «no serán sus últimas iniciativas».
En resumen, el texto -que consta de diez páginas- saluda que ``Zutik Euskal Herria'' ha abierto un camino que se está mostrando como válido, pero apunta que éste es sólo el principio, entre otras cosas porque los estados español y francés están mostrando una voluntad nula. Por ello, reflexiona sobre cómo seguir avanzando.
Diagnóstico: «Hemos acabado la batalla de la credibilidad, ahora estamos en la de la confianza»
De entrada, la izquierda abertzale recalca que la búsqueda de sinergias tanto en Euskal Herria como en el espacio internacional va dando frutos «poco a poco. Ya hemos ganado la batalla de la credibilidad. En Euskal Herria la mayoría sabe que la apuesta de la izquierda abertzale es real y sincera (...) Sin embargo, empezar a reconstruir un montón de puentes que estaban rotos en Euskal Herria desde hace años no es tan sencillo. Estamos en ello, es decir, en la batalla de la confianza. Queremos hacer este proceso con nuestro pueblo, porque sabemos que toda nuestra fuerza y las únicas garantías están aquí».
En este contexto, se destaca que los resultados electorales en los cuatro herrialdes «nos han enseñado que vamos por buen camino (...) Ahora ya no tenemos delante el precipicio, sino la inmensa potencialidad de la apuesta política que recogía `Zutik Euskal Herria'». No obstante, viendo la resistencia de París y Madrid, se remarca que es imprescindible valorar las herramientas disponibles para avanzar; ése es el objeto del análisis.
Balance: «No podemos decir que el proceso tenga bases firmes en pueblos y barrios»
El informe huye de autocomplacencias. Se destaca todo el terreno avanzado para superar el bloqueo de los estados, recuperar la iniciativa política y cambiar la situación a través de pasos unilaterales, pero se asumen también déficits como que la gran velocidad de los cambios ha provocado dificultades de cohesión, que «está por hacerse el trabajo de que el proceso democrático eche raíces en pueblos y barrios» y que la situación de los últimos años ha puesto en riesgo la estrategia nacional en la que tanto se avanzó antes.
Otros Agentes: «Tenemos que prepararnos para dos escenarios: opción de Acuerdo Democrático con el Estado español o no»
El documento incide en que el Estado español sufre una fuerte crisis, y admite que a día de hoy «las cosas tienen que cambiar mucho para que un Acuerdo Democrático tenga opción real». Por ello, afirma que la izquierda abertzale tiene que prepararse para los dos escenarios, incluida la opción de que haya que dar más pasos unilaterales. Ve también en crisis al Estado francés y cita la dinámica actual de cambios internos para buscar más fortaleza. En cuanto al «regionalismo» vasco, constata que el PNV «está en una encrucijada» y que en el caso de Nafarroa Bai «al fin ha quedado desnuda».
Herramientas: «Cuatro pilares para avanzar en la estrategia independentista»
``Zutik Euskal Herria zehazten'' destaca cuatro terrenos de actuación: las alianzas político-institucionales, siempre desde una perspectiva soberanista, independentista y de izquierdas; la alianza sindical, para la que vislumbra «un papel principal en el proceso de resolución»; el movimiento popular, porque «no podemos quedarnos mirando sólo a las instituciones»; y la propia izquierda abertzale, que considera que debe ser «nueva» («los modelos de hace 30 años están desfasados»).