Según los datos difundidos ayer, en un terreno que ronda los 1.400 kilómetros cuadrados se han realizado catorce sondeos, trece de los cuales han dado resultados positivos que indican que podría haber 185.000 millones de metros cúbicos (185 BCM) de gas no convencional. Este excepcional volumen sería 25 veces superior al que durante cinco años se extrajo en la plataforma La Gaviota de la costa vizcaína.

El lehendakari hizo este anuncio en Dallas, donde se encuentra de visita junto con el viceconsejero de Industria, Bernabé Unda y otros miembros de una delegación institucional como José Ignacio Hormaeche, director general del Ente Vasco de la Energía (EVE) y las compañías texanas Heyco y Cambria Europa, que han constituido un consorcio para la exploración de los yacimientos gasísticos alaveses.

La parte vasca contará con un 42% de la empresa conjunta, repartiéndose el 58 restante entre las dos norteamericanas, que aportan asimismo el conocimiento técnico en esta materia. López destacó al alcance de esta noticia, ya que de confirmarse la posibilidad de extraer y comercializar el gas de forma rentable, podría garantizar el autoabastecimiento durante décadas. En este momento, el 42% del consumo energético de la CAV procede del gas.

En cualquier caso, aún deben confirmarse los datos preliminares, y para ello el año que viene comenzarán las prospecciones, levantando para ello dos «pozos piloto» en los que se invertirán 100 millones y que en un plazo de dos años deberán confirmar la potencialidad del descubrimiento.

Gas no convencional

La visita a las instalaciones que la empresa Devon tiene en Texas, donde se extrae el 25% del gas total de los Estados Unidos, permitió a la delegación vasca conocer de primera mano cómo funciona el sistema de extracción del gas no convencional, llamado así porque, a diferencia del gas convencional, la materia prima no se extrae directamente de las bolsas en las que está almacenada, sino que primero debe llevarse a cabo un proceso para quebrar las rocas en las que permanece encerrada.

Este sistema de extracción ha sido objeto de críticas durante años, por sus afecciones medioambientales. Especialmente, por la posibilidad de que se produjera la contaminación de acuíferos subterráneos, aunque los anfitriones de la visita insistieron en que los avances de los últimos años han minimizado ese riesgo mediante la instalación de barreras.