Casey Stoner (Honda) logró matemáticamente su segundo título mundial en la máxima categoría. Y lo hizo, quizás no de la mejor manera posible -sin Jorge Lorenzo en pista-, pero sí en el lugar ideal, en casa, y en el mejor momento de la temporada, en el día que cumplía 26 años.

El piloto australiano alzaba feliz los brazos tras cruzar la línea de meta en el circuito de Phillip Island. Antes de la carrera, varias eran las opciones que tenía Stoner para proclamarse campeón, pero se produjo un acontecimiento que ni el más optimista hubiese firmado. Y es que, en los últimos entrenamientos libres antes de la carrera, Jorge Lorenzo (Yamaha), su máximo perseguidor, sufrió una caída, con tan mala suerte que el piloto mallorquín tuvo que ser operado de su dedo anular izquierdo y no pudo participar en el GP.

A pesar de ello, Stoner no se relajó. Nada más apagarse el semáforo, el australiano se puso a liderar la carrera y prácticamente finalizó ahí, ya que no tuvo oposición alguna. Ni las amenazas de lluvia le impideron cumplir a la perfección con el objetivos que se había marcado.

Efrén, cuarto. En la categoría de 125 cc, el piloto de Errekalde finalizó cuarto en una carrera que tuvo que ser suspendida a falta de tres vueltas debido a la lluvia. A pesar de quedarse a las puertas del podio, se mostró satisfecho y recalcó que «ha sido una prueba de madurez, que me vendrá muy bien en el futuro».

Márquez, espectacular. Sin duda, el espectáculo lo ofreció la categoría de Moto2, con un excelente pilotaje de Marc Márquez. El catalán, que salía desde la última posición por una sanción de un minuto, finalizó tercero. Stefan Bradl, segundo, se puso líder, pero aventaja en tan solo tres puntos a Márquez.