El movimiento 15-M de Iruñea saludó ayer como un «triunfo absoluto de la ciudadanía» la participación de miles de personas en la manifestación que concluyó en la Plaza del Castillo, y que ha constituido la mayor de este colectivo tras varios meses en que su actividad movilizadora había disminuido.

Los organizadores de la marcha de Bilbo también se mostraron sorprendidos positivamente por el éxito de la convocato- ria, que según la Policía Municipal concitó a 11.000 personas.

En el caso de la capital navarra, la movilización ocupó la Avenida del Ejército desde la estación de autobuses hasta el Edificio Singular, lo que según el sistema de cálculo habitual de GARA supone en torno a 4.000 participantes. El 15-M, con otro método de cómputo, elevó la cifra a unos 13.000. En cualquier caso, la movilización constituyó un éxito.

Mayores también que las realizadas hasta ahora fueran las marchas de Gasteiz y Donostia, aunque sin llegar al nivel de las de Bilbo e Iruñea.

Dinámica global

El impulso a este movimiento ha venido curiosamente de una dinámica de alcance mundial y no local. La jornada tenía un único lema en todo el planeta, en el que hubo cientos y cientos de marchas similares: «Unidad por el cambio global».

En los mensajes leídos a su conclusión se afirmaron cosas como «ya no estamos indignados ni asustados, sino hartos». «Hace cinco meses que tomamos las calles, las plazas y las redes sociales para reclamar un cambio, nuestros derechos más básicos, y después de ese tiempo nuestras propuestas siguen siendo ignoradas», denuncian.