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Helder Postiga consiguió los dos goles del Zaragoza en los primeros minutos de cada tiempo y psicológicamente marcaron demasiado

La inercia negativa se agrava

Los blanquiazules encajaron su tercera derrota consecutiva, pero lo peor fue la imagen preocupante que trasmitieron sin intensidad ni capacidad de reacción. Montanier desconcertó en la alineación y en los cambios y experimentó con tres centrales tras el descanso.

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ZARAGOZA 2

REAL SOCIEDAD 0

Joseba ITURRIA

La Real trasmitió señales muy preocupantes en La Romareda al agravar la inercia negativa en la que se ha introducido en las últimas semanas. Peor que las tres derrotas consecutivas es la imagen de un equipo sin agresividad, intensidad ni capacidad de reacción. El partido fue más decepcionante aún que el derbi y preocupa ir de mal en peor.

En el fútbol las inercias son determinantes. El Levante tiene una plantilla que ningún otro club de Primera hubiera cambiado por la suya al inicio de temporada y está colíder con el Barcelona porque ha cogido la ola buena y no la suelta. La Real está ahora en una dinámica negativa, con derrotas, mal juego, lesiones de jugadores importantes, polémicas que no ayudan y ayer se sumó el ataque de entrenador que le dio a Montanier.

Desconcertó con la alineación y con los cambios. Sorprendió al dejar en el banquillo a todos los jugadores de campo extranjeros que han estado las dos últimas semanas con sus selecciones. Sobre todo, en el primer día sin Illarramendi, resulta difícil de entender la ausencia de Mariga cuando era el jugador que consideró fundamental en su esquema y la elección de Sarpong en la izquierda, donde Griezmann debió jugar por muy mal que esté dentro y fuera del campo.

Por si fuera poco, Montanier experimentó en el segundo tiempo con una defensa de tres centrales cuando los únicos minutos que jugó bien la Real fueron los últimos cinco del primer tiempo. Sacar a un central y a Mariga para remontar un resultado adverso parece tan poco recomendable como la alineación por la que se decantó.

En cualquier caso, las decisiones de Montanier no justifican ni el juego, ni la actitud ni la imagen de un equipo que va de más a menos cuando lo normal cuando se cambia de entrenador y de estilo de juego era llevar una trayectoria ascendente.

Porque los primeros partidos fueron ilusionantes y parecían situar al equipo en el buen camino y en los últimos la tendencia realista es negativa y así ayer un Zaragoza simplón se impuso con total comodidad ante un rival que apenas le inquietó.

Otro primer tiempo decepcionante

Después de hablar en las ultimas dos semanas de la falta de intensidad de los primeros tiempos jugados con el Barcelona y el Athletic, la Real volvió a ofrecer de entrada una pobre imagen, sin intensidad ni agresividad. En el fútbol no vale con ocupar una determinada zona, hay que buscar el balón cuando no se tiene e ir a las disputas. Y si no se presiona, no se puede jugar con la zaga adelantada.

El Zaragoza acaparó la posesión del balón en el primer tiempo (57% por un 43%), cuando ese parecía la base del ideario de Montanier. Y la Real ni se molestaba en buscarlo. La primera falta blanquiazul llegó en el minuto 22, en una jugada en la que Iñigo Martínez vio la tarjeta amarilla. El ondarrutarra fue sancionado con las únicas tres faltas de su equipo en el primer tiempo y una fue en ataque. No es normal. Es síntoma de que la Real ni tenía el balón ni lo disputaba, se limitaba a esperar sin presionar a los rivales.

Así nació la jugada del primer gol, en la que el central Da Silva avanzó sin oposición y envió el balón a su banda derecha para que los mexicanos Juárez y Pablo Barrera aprovecharan las facilidades defensivas de De la Bella y Sarpong. El lateral centró y Helder Postiga marcó un golazo sin que ningún central se le acercara para anular su chilena.

El tanto no cambió nada la disposición de la Real, que siguió igual, sin capacidad de reacción, y permitió al Zaragoza tener otra clara ocasión en la primera falta de Iñigo Martínez, que estuvo provocada otra vez por la falta de presión de Zurutuza al poseedor del balón, un gran problema cuando se juega con la defensa adelantada.

La defensa de la falta fue de chiste. El realista que debía salir a interceptar el disparo fue a un metro de la dirección donde estaba el balón y además Sarpong ni saltó ni mantuvo la posición en la barrera y por su zona chutó Paredes y el balón fue al poste. Bravo y toda la defensa se quedaron parados y de manera milagrosa Helder no marcó su segundo gol a placer.

Sólo en los últimos cinco minutos del primer tiempo mejoró la Real y tuvo tres remates, uno de Aranburu y dos de Zurutuza. El segundo obligó a Roberto a realizar una gran parada.

Sentencia de entrada

El atisbo de reacción murió en el inicio del segundo tiempo, cuando Montanier volvió a sorprender al colocar a Demidov como tercer central. Jugar con tres centrales y dos pivotes por delante no impidió que la Real siguiera muy blanda en defensa y permitiera a Ponzio entrar por el centro con comodidad y pasar a Helder para que sentenciara.

La Real pudo meterse en el partido tras un servicio de Xabi Prieto a Sarpong, pero no aprovechó su oportunidad ni en esa jugada ni en el conjunto del encuentro. Griezmann hizo más en un minuto que el holandés en todo el partido. Fuera del campo se le funden todas las luces, pero sobre el césped hasta cuando no está bien deja destellos. Tuvo un par de opciones para marcar y junto a él apenas se puede salvar a Zurutuza, aunque sin la intensidad de las últimas temporadas, y la casta de Carlos Martínez. Los demás deben reflexionar y mejorar porque esta inercia hay que romperla cuanto antes.

Montanier destacó el golpe psicológico de los goles en los inicios de los dos tiempos

Philippe Montanier declaró que los goles que encajó al inicio de cada tiempo situaron a su equipo en un «escenario catastrófico» y se mostró preocupado por la cantidad de tantos encajados sin necesidad de que el rival cree muchas ocasiones: «No tiene una explicación racional, aunque su primer gol fue una hazaña del rival».

Sobre la presencia en el banquillo de Mariga, Demidov y Griezmann, a los que dio entrada en la segunda parte, indicó que se trata de «una elección que se hace en función del partido anterior, de la semana de trabajo y del adversario». Añadió que el cambio táctico que realizó en la segunda parte, en la que jugó con tres centrales, fue para «presionar más arriba al Zaragoza y abrir más las bandas, pero enseguida llegó el gol y eso fue un problema».

Sobre las tres derrotas consecutivas, dijo que «no es agradable, pero es parte de los momentos difíciles de la temporada y hay que seguir trabajando y perseverar».

Javier Aguirre, entrenador del Zaragoza, se mostró satisfecho por la situación que vive su equipo, con nueve puntos, tras vencer ayer, pero afirmó que «esto está empezando y hay que estar contentos, pero no da para más. No me gusta mirar para atrás, aunque lo que sucedió la temporada pasada fue laborioso con un final feliz. Aquí empezamos con una derrota aplastante (0-6 contra el Real Madrid) que te mina las ideas y la moral y que nos metió en problemas de los que nos estamos recuperando».

Aguirre felicitó a Helder y dijo que su equipo ganó, pero también pudo «empatar o perder» en un partido en el que el rival «movió bien la pelota». Una declaración sorprendente porque la Real jugó muy mal con el balón y apenas llegó al 43% en la posesión en el primer tiempo. GARA

En las últimas tres derrotas, dos goles encajados

La Real ha encajado dos goles en las tres últimas derrotas encajadas ante Mallorca, Athletic y Zaragoza y ha permitido reencontrarse con el gol a delanteros como Víctor, Llorente y Helder que no estaban acertados cara a puerta. Ésta es una faceta para mejorar.

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