Según las viejas leyendas, los mayas predijeron que el fin del mundo llegará el 21 de diciembre de 2012. No sabemos si para entonces la Real Sociedad habrá logrado la permanencia, habrá alcanzado una interesante plaza en la clasificación o habrá descendido a Segunda División.

Lo que sí es cierto es que la plantilla blanquiazul se encuentra tranquila tras la racha negativa de resultados que ha ob- tenido en las últimas tres jornadas, con otras tantas derrotas. «Es verdad que encadenar tantos resultados malos no es bueno, pero no es el fin del mundo». Así de contundente se mostró Imanol Agirretxe.

El delantero de Usurbil quiso transmitir a los aficionados el estado de la plantilla y recalcó que «nosotros somos los primeros que queremos ganar este fin de semana y aparcar esas dudas que pueda haber y que, insisto, en el vestuario no las hay».

Por contra, sí que admitió que la derrota en el derbi ante el Athletic «puede ser que haya dejado alguna minisecuela en la gente», porque «después de un buen inicio (de Liga), todos llegábamos con mucha ilusión».

Quizás por ello Philippe Montanier haya decidido que el equipo se ejercite durante toda la semana a puerta cerrada. En este sentido, Agirretxe indicó que entrenar sin cámaras ni aficionados «no es habitual. Supongo que él (Montanier) tendrá en mente alguna cosa, hacer algún entrenamiento especial, o trabajar más tácticamente».

Sea cual sea la razón de esta decisión, hay algo que tiene muy claro el usurbildarra, y se trata de sacar los puntos en Donostia. «Por el hecho de jugar en casa y por lo importante que es para nosotros jugar en Anoeta, los tres puntos no se nos pueden escapar», recalcó.

Markel no se esperaba jugar

Tras superar una lesión que se produjo en la primera sesión de pretemporada, Markel Bergara jugó frente al Zaragoza sus primeros minutos en Liga. El centrocampista guipuzcoano reconoció que «no me lo esperaba. Cuando el míster dijo que iba a contar con minutos desde el principio, me puse muy contento y con muchas ganas».

Sin embargo, la alegría se vio truncada por el mal resultado y la mala imagen ofrecida en La Romareda: «Es obvio que no fue el inicio deseado. Era un partido en el que tenía puestas muchas esperanzas, tenía muchas ganas. Las cosas no salieron bien, no estuvimos cómodos, personalmente tampoco estuve muy cómodo dentro del terreno de juego. Cuando las cosas no salen bien, ni a nivel colectivo, te vas a casa con cara de tonto».

Precisamente Markel fue el primer cambio de Montanier en Zaragoza. Para el jugador, «no fue ni mucho menos señalarme. Simplemente quería cambiar el sistema, quería buscar otros objetivos. Nos metieron un segundo gol nada más empezar el segundo tiempo y eso fue lo que trastocó todos los planes».

Por último, opinó sobre la decisión de entrenar a puerta cerrada: «Desde el punto de vista del entrenador, se plantea mucho el entrenamiento, con más tranquilidad, corrigiendo las cosas y analizando más al rival y sabiendo cuál es el objetivo del partido. Estamos trabajando bien y espero que el domingo lo traslademos al campo».