Victoria del Athletic, por fin, en San Mamés, frente a Osasuna en un partido más bien cómodo. Y digo cómodo porque los rojillos (de azul) no supieron convertir las ocasiones que tuvieron antes de los goles del Athletic. Pero en líneas generales la impresión que queda es muy buena: un equipo que marca 3 goles `al estilo Athletic' (centro largo de Iraola con remate de cabeza, de Javitxu incluido) y que sabe controlar el partido con fútbol vertiginoso (para bien y para mal en ocasiones) hacia arriba y con presión asfixiante a la construcción del adversario. Todo se ve mejor cuando estás en mitad de la clasificación y vas a Valencia sin jugarte la vida. Así que no se descarta que puntuemos allí.

Y este despegue clasificatorio, que no tanto futbolístico, se debe también a las rectificaciones de Bielsa, que demuestran su sapiencia por encima de su locura, y hacen que el Athletic Club de nuestro corazón convenza definitivamente.

Las dudas se convierten en esperanza y la angustia en satisfacción, las caras con ceño fruncido se tornan sonrisas cómplices. Y, afortunadamente, las voces envenenadas que pedían cabezas cortadas sobre bandejas de plata ahora callan y disfrutan, pensando más en la gloria que nos puede deparar la Europa League (y la Liga también) que en alimentar el pesimismo a la espera de un tropiezo para recordar que «ya os lo advertí».

Ahora que el Athletic es de alta velocidad, todos nos queremos subir al tren. Afortunadamente no hay límite de plazas, todos sois bienvenidos y los rencores se olvidan tan rápido como Muniain surca el campo en busca de agrandar su leyenda.

Seguro que aún hay malos forofos rojiblancos que seguirán dudando públicamente de Urrutia, Bielsa y de todo su equipo. Gente hay para todo, y cuando alguien no entiende que está de más, sólo se le puede compadecer. Nosotros, a lo nuestro, a seguir disfrutando en la victoria y animando en la derrota. Ya tengo ganas de ver otro partidazo en San Mamés, ahora ante el Salzburgo, para partirme las manos aplaudiendo. Cada día que pasa creo más en el proyecto, en el entrenador y en los jugadores. Este año será bueno y esto es sólo el principio. Estamos sentando las bases de un gran Athletic, con estilo más propio que nunca y unas raíces tan profundas como el sueño que el lunes por la noche concilié tras ver a nuestro Athletic ganar en San Mamés.

Y a todos los cenizos que se niegan a ver la realidad, os animo a subiros al tren, porque rectificar es de sabios.