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Morales propone un diálogo directo con los indígenas opuestos a una carretera

El presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso ayer un diálogo directo a las comunidades indígenas que se oponen a la construcción de una carretera que atravesará una reserva natural, ahora paralizada, para tratar de buscar una solución al conflicto.

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GARA | LA PAZ

Evo Morales invitó al Comité Político de los indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isidoro Sécure (TIPNIS), -que se oponen a la construcción de una carretera de 300 kilómetros que dividirá esta reserva natural para unir dos departamentos- a participar en un diálogo directo a su llegada a La Paz, después de dos meses evitando el diálogo si no se ponía fin a la movilización.

A su llegada ayer a la capital boliviana, los indígenas rechazaron sentarse a dialogar de forma inmediata con el Gobierno alegando la necesidad de descansar y reponerse de la caminata, por lo que se espera que el encuentro se produzca en el palacio Quemado, sede de la Presidencia, en los próximos días.

El parque natural del TIPNIS, creado en 1965 y reconocido como «territorio indígena» en 1990, es una reserva rica en flora y fauna situada entre los departamentos de Beni y Cochabamba con 1,2 millones de hectáreas de tierras ancestrales y poblada por 50.000 personas.

Los indígenas han marchado durante dos meses en defensa de su territorio frente al modelo desarrollista. Protestan contra la construcción de una carretera que atravesará el TIPNIS, financiada por Brasil y construida por una empresa de ese país, que creen que pone en peligro el ecosistema y permitirá que sus tierras sean invadidas por madereros, productores de coca y compañías petroleras que codician ciertas tierras de la reserva natural.

«Este diálogo tendría como finalidad la deliberación y consenso de sus demandas en el marco de la más amplia disposición y voluntad política», señala la invitación cursada por Morales a los marchistas.

La presión ejercida por las comunidades indígenas del TIPNIS llevó al presidente boliviano a suspender las obras de construcción de esta vía hasta la celebración de un referendo -no vinculante- al respecto en Beni y Cochabamba, a los que se supone que beneficiará el proyecto, y a contemplar otras medidas para la preservación de la zona.

Expulsadas del campamento

El martes por la noche, las ministras de Justicia, Nilda Copa; de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, y de Transparencia, Nardi Suxo, ofrecieron a los indígenas ropa y alimentos cuando la marcha se encontraba a las puertas de la ciudad, pero fueron recibidas con abucheos y tuvieron que marcharse de la zona de acampada, según informó la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano.

La vicepresidenta de la Confederación de Mujeres Indígenas de Bolivia, Judith Rivero, censuró a las ministras por no haber hecho nada cuando los marchistas fueron reprimidos el 25 de setiembre. «Aquel día ellas debieron intervenir por nosotras, que fuimos golpeadas en el monte. Ya no es hora de que vengan a hacerse las solidarias», agregó.

Suxo confirmó que fueron expulsadas del campamento y culpó a empleados de la Alcaldía de La Paz, controlada por el Movimiento Sin Miedo (MSM), hasta hace un año aliado de Morales y ahora en la oposición.

Antes había echado del mismo lugar a César Navarro, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, que se acercó a decirles que Morales había aceptado el diálogo que llevaban proponiendo, sin éxito, desde el 15 de agosto, cuando comenzó la marcha.

El conflicto con las comunidades del TIPNIS ha mermado la popularidad de Evo Morales, primer presidente indígena elegido en 2005 y reelegido en 2009, que está siendo cuestionado por una parte de su base indígena y de su electorado de origen humilde.

De hecho, la marcha indígena llegó a La Paz después de que el mandatario sufriera el domingo su primera derrota electoral desde 2005, en unos comicios para elegir a las autoridades judiciales y de otras instituciones en los que la oposición impulsó el voto nulo o en blanco, que superó el 60%.

De la Amazonía a los Andes en defensa de la tierra

Los indígenas bolivianos que durante dos meses han recorrido más de 500 kilómetros entre la Amazonía y los Andes para reclamar a Evo Morales que frene una carretera que partirá en dos una reserva natural, llegaron por fin a La Paz, donde decenas de miles de personas homenajearon a los caminantes desde las aceras, o se sumaron a la marcha de forma espontánea, en un desbordante festejo callejero.

Fatiga, frío y, sobre todo, el mal de altura, eran visibles en los rostros de los caminantes, pero las ansias de llegar a su destino, el coraje que les empujó al camino y el apoyo recibido han aupado sus ánimos en los momentos de flaqueza.

La columna indígena se encaminó a primera hora de la tarde por calles abarrotadas hacia la Plaza Murillo, también colmada, donde están el Palacio Quemado, sede de la Presidencia, y el Parlamento.

La marcha pacífica empezó con 1.500 personas y se redujo a pocos cientos cuando la dispersó violentamente la policía el 25 de setiembre. «La masacre» llaman ellos a aquella brutal acción policial que incluso Morales calificó de «imperdonable» y le ha costado el cese de dos ministros, un viceministro, el subdirector de la Policía y otros colaboradores. GARA

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