Karakorum
Apertura eslovena en el pilar oeste del K7
Los jóvenes alpinistas Luka Strazar (22 años) y Nejc Marcic (26 años) firman en una escalada de cuatro días «The dreamers of the golden caves», una línea de 1.600 metros y dificultades de VI/5, M5 y A2. Es la segunda ruta del pilar oeste del K7 (6.934 m).
Andoni ARABAOLAZA
La apertura de la segunda vía en el pilar oeste del K7 (6.934 m, Karakorum) ha dejado «descolocado» a más de uno. Y es que ha sido realizada por dos jóvenes eslovenos en su primera expiencia en el Karakorum. Dos jóvenes, Luka Strazar (22 años) y Nejc Marcic (26 años), han sido los protagonistas de la nueva vía que lleva por nombre «The dreamers of the golden caves». Una línea de 1.600 metros y dificultades de VI/5, M5 y A2.
Eslovenia siempre ha tenido una sobresaliente cantera de alpinistas; eso lo saben todos. Pero sí llama la atención que Strazar y Nejc hayan sido capaces de abrir una dura y elegante vía en un escenario codiciado por la flor y nata de la comunidad alpina internacional. Si a ese dato le añadimos que la hasta ahora primera ruta a ese pilar fue creada por Steve House, Vince Anderson y Marko Prezelj, tres excepcionales especialistas, pues todo está dicho.
La verdad sea dicha, el K7 Oeste tien una historia muy interesante y que deja muy claro lo verdaderamente difícil que es llegar a su cima. La historia de escalada a este pico comienza en 1982 cuando una expedición japonesa realiza el primer intento través de la arista oeste. En la última década, en cambio, el valle de Charakusa se convirtió en un perfecto terreno de juego alpino por su excelente calidad y por el potencial de rutas de roca y mixto que alberga.
Así, en el 2004, de nuevo Prezelj junto a Steve Swenson y Jeff Hollenbaugh realizaba su segundo intento a la arista oeste. Y, entre otros intentos, en el 2007 llega por fin la primera del trío formado por Anderson, House y Prezelj. Como adelantábamos, 4 años más tarde llega la segunda al K7 por su pilar oeste. Una primera de unos experimentados alpinistas de gran calidad, y, una segunda, de la vanguardia joven del alpinismo esloveno.
A pesar de que Strazar y Marcic se hayan marcado un repóker con la nueva apertura, hay que señalar que ambos alpinistas eran miembros de una expedición eslovena dirigida por Urban Novak (25 años); David Debeljak (26 años) ha sido el cuarto representante del equipo. En su primera comparecencia en el Karakorum, el objetivo de la expedición, según Novak, se centró en el valle del Charakusa: «Se trata de un campo de juego para los alpinistas, ya que puedes decantarte entre escalada dura en roca, terreno mixto, además de hielo y nieve. Gracias a esa diversidad, uno puede escoger sus objetivos dependiendo de las condiciones que se encuentre».
Tal es la oferta que ofrece dicho valle que los alpinistas eslovenos se empacharon con más de un pico y pared. Resumiendo: se hacen con el Nayser Brakk (5.200 m) por la ruta británica; con el pilar izquierdo del Nayser Brakk repitiendo la ruta del 2007 de Prezelj, Anderson y House pero con una pequeña variación; con el Sulu Peak (5.950 m); con el Beatrice (5.800 m); y con la pared Iqban. Eso sí, sin olvidarnos de la actividad estrella de la expedición: la apertura de la ruta «The dreamers of the golden caves», en el pilar oeste del K7. Increíble actividad para unos primerizos jóvenes alpinistas que consiguen además abrir una nueva y dura ruta al primer intento y en un escenario que ha echado atrás a unos cuantos intentos de alpinistas de renombre.
Gran apertura
Tras aclimatar y escalar por los diferentes picos y paredes del valle, Strazar y Marcic se ponen manos a la obra con el gran reto de la expedición. Tras reconocer que se sintieron abrumados por la visión del pilar oeste del K7, la cordada finalmente se decanta por una línea directa, rápida y en estilo alpino.
En total, fueron cuatro duras jornadas de escalada para la apertura de la segunda línea de dicho pilar. «La ruta principalmente se caracteriza por una sección inferior en la que se escala mucho en hielo, y la superior con tramos de roca y mixto. Esa última parte fue más dura de lo que esperábamos. Menos mal que el tiempo fue, excepto la última jornada, perfecto», adelanta Strazar.
Aparte de las dificultades técnicas, la cordada eslovena se tuvo que mantener siempre en alerta por los peligros objetivos que tenían encima. Así, para evitar unos seracs colgantes, los jóvenes alpinistas tuvieron que desviarse un poco hacia la cresta sur-suroeste.
Strazar y Marcic salen del campo base el día 6 de setiembre a las 3 de la madurgada. Para «desayunar», los protagonistas tienen por delante dos horas de pateo por una pedrera. Empiezan a escalar en nieve y hielo hasta que pillan la arista sur-suroeste. Para las siete y media de la tarde ya están montando el primer vivac.
Al día siguiente, escalan secciones técnicamente más exigentes; sobre todo tramos mixtos. «Fue más difícil de lo que esperábamos. Durante esa jornada escalamos 250 metros de terreno mixto a lo largo de la arista. Desde este punto decidimos descender un poco y realizamos una travesía por debajo de los seracs, justo a la derecha de la arista. El día de cima el tiempo empeoró, pero seguimos y conseguimos nuestro objetivo. Bajamos por la misma ruta, y al día siguiente ya estábamos con nuetros compañeros en el campo base», informa Strazar.
Tras un avaloración realmente positiva de su primera visita al Karakorum, el «maestro» Prezelj también ha tenido palabras para estos jóvenes: «Es genial ver que el alpinismo clásico en Eslovenia tiene un futuro prometedor. Hay una generación de jóvenes alpinistas dispuestos a intentar superar sus límites y a divertirse en la montaña».
Por su parte, Marcic se ha referido al nombre de la vía: «Somos alpinistas jóvenes y, como casi todos los jóvenes, no tenemos mucho dinero; así que soñamos con cuevas de oro».
Strazar y Marcic abren «The dreamers of the golden caves», la segunda vía del pilar oeste del K7.
Era la primera vez que los cuatro alpinistas visitaban la cordillera, concretamente el valle del Charakusa.