Iñaki LEKUONA | Periodista
Triple A
En París, en la sede de Moody's, un grupo de políticos ha decidido denunciar la actividad de estas agencias de calificación que han puesto de moda la Triple A. Hasta hace un lustro, los ciudadanos lo desconocían todo sobre estas empresas y sus valoraciones. Pero desde que la crisis financiera nos empezara a comer a bocados, las notas de estas agencias se han vuelto tan cotidianas como las subidas de precios. Y en esta sopa de letras en la que todos evitan el tropezón, naufragan bancos, cajas y hasta Estados enteros arrastrando consigo a sus ciudadanos.
Ahora todos tenemos bien presente esta AAA. Pero la otra, aquella Alianza Apostólica Anticomunista que con el mismo acrónimo atentó en Euskal Herria, ha quedado disuelta en la memoria colectiva -y no digamos institucional-, como tantos otros grupos parapoliciales que actuaron impunemente en esta tierra: Batallón Vasco-Español, ATE, GAE, GANE... Es posible que quede alguno por ahí que recuerde a los GAL, pero de los que le precedieron no hay en los discursos públicos ni rastro. Tampoco de sus víctimas.
Al anuncio de ETA de abandonar definitivamente las armas, le ha seguido el recuerdo a las víctimas que generó. Pero de las otras casi nadie se ha acordado, ni estos días ni nunca. El ministerio español del Interior jamás las ha incluido en un registro público. En muchos casos, ni siquiera se investigaron los hechos.
Ahora que se habla de memoria como base del futuro convendría justamente no dejar a nadie en el olvido. Hasta ahora, Madrid tiene en esta tarea una nota pésima ya desde tiempos de la transición. Es hora de que su calificación mejore, de que no haga una memoria parcial. Puede empezar por la Triple A.