Tras la histórica declaración de ETA
Todo el Mundo mira a Euskal Herria y a España
Euskal Herria está en el mapa informativo mundial con más presencia que nunca. La decisión de ETA ha llegado a los medios de todo el globo y ha dado paso a cientos de reportajes y crónicas en los que hay dos datos omnipresentes: 850 (los muertos provocados por ETA) y 700 (el número de presos actuales). Entre los enviados especiales hay coincidencia al indicar que no han visto «ni champán ni bailes» (``The Washington Post''), lo que se sitúa como evidencia de que el fin del conflicto no es éste.
Ramón SOLA
Desde las 19.00 del jueves, cuando la decisión de ETA se hizo hueco como segunda noticia en muchos medios internacionales, sólo después de la muerte de Gadafi, las referencias a Euskal Herria en el panorama informativo mundial se han multiplicado. Tecleando en el buscador de Google la noticia, sólo en inglés aparecen automáticamente 1.030 referencias, ya sean noticias, crónicas, reportajes o entrevistas.
Aunque predominen lógicamente los medios europeos, la decisión del cese definitivo de la lucha armada se ha conocido en todos los continentes. El tema se puede seguir a través de la agencia Xinhua china, de ``Oman Daily Observer'', de ``Tehran Times'', de Taiwan News, de ``The Australian''... además, obviamente, de todas las grandes cadenas informativas: BBC, Al-Jazzeera, CNN... Pocos dirigentes internacionales se han quedado indiferentes: de la cuestión han hablado desde el Gobierno chino hasta el presidente venezolano, Hugo Chávez, o el Vaticano, Ban Ki-Mon o Herman van Rompuy. Pasando por Tony Blair, una voz que se ha oído con mucha fuerza, y es que no resulta habitual que un ex primer ministro de uno de los principales estados publique una carta exclusivamente sobre un conflicto de la dimensión del vasco en dos medios del impacto de ``The Herald Tribune'' y ``The New York Times''.
Los medios más potentes han aterrizado en Euskal Herria con enviados especiales, y la necesidad de informar a su público sobre un conflicto desconocido para la mayoría hace que sus trabajos sean todo un compendio de lo ocurrido en las últimas décadas, que gana en interés cuando se recogen voces plurales. Es el caso de ``The Washigton Post'', que presenta la opinión del presidente de Confebask, Miguel Angel Lujua («vivimos momentos de expectación y esperanza»), junto a la de Maribi Ugarteburu, de la izquierda abertzale («el conflicto político no ha terminado»). También el de la revista estadounidense ``Time'', que tras preguntarse en el titular si «¿En España realmente se lo creen?» recoge algunas declaraciones en Madrid que tratan de minimizar la decisión de ETA y las contrasta con la opinión del facilitador Brian Currin, para quien «ahora es cuando el proceso realmente empieza».
Esta misma constatación ha sido obtenida en primera persona por los periodistas que se han desplazado a Euskal Herria. ``The Washington Post'', por ejemplo, destaca en el titular que «no hay champán ni bailes». Para ``The Independent'', «las campanas ya no tocan», pero tampoco ha encontrado celebraciones, sino únicamente «normalidad». De ello concluyen que sólo ha acabado la lucha armada de ETA, pero no las consecuencias, ni tampoco las causas.
Sorprendidos con los presos
En casi todas las informaciones aparecidas en el planeta sobre esta noticia aparecen dos números ineludibles. El primero es 850, el número aproximado de víctimas provocadas por ETA. El segundo, 700, el del volumen actual de presos políticos vascos. La cifra impacta por ejemplo al enviado especial de ``The Guardian'', que explica que ha estado en la herriko taberna de Hernani y que le han explicado que algunas de esas personas que aparecen en carteles colocados en las calles llevan «más de 20 años presas». Otra crónica especial difundida por la agencia France Presse refiere un viaje de familiares hasta la cárcel de Almería, recoge sus declaraciones y explica que los autobuses que bajan desde Euskal Herria hasta las cárceles andaluzas hacen periplos de cerca de 3.000 kilómetros en total.
Esta realidad se cuela también en los periódicos españoles. Por ejemplo, ha sido presentada con preocupación en ``El País'' por el ex ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido David Miliband, para quien «si no se celebran conversaciones sobre estos aspectos [presos, desmilitarización], existe un gran peligro de que centenares de miembros, exiliados, partidarios y presos liberados de ETA no sean capaces de construir nuevas vidas sin violencia». Añade que «Europa no necesita a cientos de antiguos partidarios de ETA en la calle, descontentos y sin futuro viable (...) Tampoco queremos tener cientos de armas, toneladas de explosivos y otros materiales e infraestructuras militares de ETA descontrolados ni a la venta en el mercado negro (...) Y eso sólo puede conseguirse hablando con ETA», concluye Miliband en su artículo.
Por contra, en este recorrido apenas se cita otro número que también tiene evidente impacto informativo: 474, las víctimas provocadas por las diferentes formas de represión desde que ETA surgió. Por el momento esta realidad sigue oculta ante la esfera internacional. En la carta remitida el miércoles por el líder vasco del PP, Antonio Basagoiti, a Jonathan Powell, uno de los líderes participantes en la Conferencia de Donostia se podía leer: «En Irlanda hubo 2.056 víctimas del IRA y 1.020 de los grupos paramilitares lealistas. La realidad española es que ETA ha asesinado a 857 personas y los que defendemos la unidad de España, cero; y jamás permitiríamos que se asesinara a nadie por tener ideas nacionalistas o de ninguna otra clase». En la misma línea, ante las preguntas de ``The Guardian'', Rubén Múgica, hijo de una víctima de ETA, corre a desmentir cualquier paralelismo de este tipo. «Esto no es Ulster ni Palestina», responde al enviado especial del reputado diario londinense.
El problema político
Los medios internacionales miran por tanto a Euskal Herria... pero también mucho al Estado español, aunque más para que afronte las consecuencias del conflicto que para que aborde las raíces políticas del mismo.
Esta última cuestión sobrevuela los reportajes que se dedican a la historia de ETA, y en los que predominan puntos de vista como éste: ``Un grupo creado por jóvenes estudiantes se convirtió en una fuerza popular brutal'' (``The Irish Times'') o ``De estudiantes a terroristas'' (``The Telegraph''). La historia de ETA se contextualiza sobre todo en el franquismo, y en casi todos los análisis aparece como dato fundamental que acabó con la vida de Luis Carrero Blanco, mano derecha de Franco. La apelación de «terroristas» se alterna con «separatistas» y «activistas».
En resumen, como apunta ``Oman Daily Observer'' en su titular, han percibido que «el anuncio de ETA abre una difícil ruta a la paz». Un proceso que esta vez sí parece haber atraído el interés informativo del mundo, tras muchos años en que las noticias dedicadas a Euskal Herria se elaboraban sólo con informaciones de agencia emitidas desde Madrid y basadas en su versión oficial.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea reunidos ayer en Bruselas presentaron una declaración en la que explican que han recibido «con gran satisfacción» el anuncio del cese definitivo de sus acciones armadas por parte de ETA.
La iniciativa no estuvo exenta de polémica. Y es que el texto tuvo que ser modificado después de que en su primera redacción definiera la acción de ETA como «lucha armada», tras lo que, aparentemente a requerimiento de la delegación española, fue sustituida por «actividad terrorista», el término correcto para la parte española.
La cuestión trascendió antes incluso de que se diera a conocer la declaración, aunque los participantes en la cumbre europea declinaron darle más eco en sus declaraciones. Fuentes diplomáticas españolas intentaron culpar a un problema «de traducción».
El objetivo del texto es lógicamente poner en valor la actitud del Estado español, como socio de la UE. Así, se afirma que la decisión de ETA supone «sin duda la victoria de la democracia y la libertad en España y en la Unión». José Luis Rodríguez Zapatero fue felicitado también personalmente por varios de sus colegas. Y el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, citó igualmente la declaración de ETA en el discurso inicial de la cumbre.
Zapatero, además, mantuvo un breve encuentro con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para expresarle el «agradecimiento» por la colaboración policial y recibir a su vez la felicitación de Sarkozy, según fuentes diplomáticas españolas.
La declaración de los Veintisiete tiene otro punto de interés al dar «la bienvenida con gran satisfacción» al anuncio de ETA. Es justo lo mismo que pidió el lunes en Donostia el grupo de Kofi Annan a los gobiernos de Madrid y París en el segundo punto de la Declaración de Aiete, en el que les instaba a aceptar el diálogo sobre las consecuencias del conflicto si la organización armada abría este nuevo escenario.
«El Consejo Europeo desea expresar su reconocimiento al Gobierno, a los partidos políticos, a las fuerzas de seguridad, a la administración judicial y a la sociedad española en su conjunto, por su constancia y su determinación en la larga lucha contra la violencia terrorista», añade la declaración.
Además, se subraya la «inestimable cooperación y solidaridad europea» en materia policial. Y junto a ello, los líderes de los socios europeos dedican un recuerdo especial para las víctimas de ETA, «un recuerdo que debe perdurar para que esta violencia, que nunca debería de haber ocurrido, nunca vuelva». GARA