El primer ministro somalí, Abdiwelli, sacó ayer la cara al Ejército keniata, presuntamente responsable del ataque aéreo del domingo contra un campo de desplazados en el municipio somalí de Jilib. El bombardeo causó al menos 12 fallecidos, entre ellos, seis niños. La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió en el hospital que tiene instalado en Marare a 45 personas, «de ellas 31 niños, 9 mujeres y 5 hombres», según precisó el responsable de la misión Gautam Chatterjee.

Mohamud Ali Harbi, residente en Jilib, afirmó haber sido testigo del bombardeo contra el campamento que acoge a desplazados internos y cifró en 12 el número de civiles muertos.

«Los aviones bombardearon dos lugares, una base de Al-Shabaab y un campamento de desplazados cercano», detalló en declaraciones a Reuters Hassan Abdiwahab, otro residente de Jibil. Las milicias islamistas, sin embargo, afirmaron que las cinco bombas arrojadas por la aviación keniata cayeron sobre una parada de autobús, sobre el campamento de desplazados y sobre una área cercana.

Pese al testimonio de los testigos, el mandatario somalí puso en duda la responsabilidad de Kenia. «Dudo de que tenga algo que ver en lo sucedido. Pero, en tal caso, dudo que lo hiciera a propósito. Kenia no atacaría un campamento de desplazados. Y, aunque hubiera ocurrido, sería un incidente desafortunado, porque los soldados keniatas no luchan contra desplazados somalíes, sino contra Al-Shabab, que es nuestro enemigo común», subrayó Abdiwelli.

Un portavoz del Ejército keniata no confirmó el bombardeo, sin bien reconoció que el domingo mataron en la zona a diez presuntos milicianos de Al-Shabab. «Bombardeamos un campamento de la milicia, matamos a 10 y herimos a 47. Estoy seguro de que no hubo daños colaterales y mucho menos de mujeres y niños», alegó.

Nairobi niega una ocupación

A mediados de octubre, Kenia envió sus tropas al interior de Somalia en respuesta a una serie de secuestros y de ataques con granada perpetrados en suelo keniata. El jefe del Ejército, el general Julius Karanga, subrayó el sábado en una rueda de prensa en Nairobi que aún no han fijado una fecha para la retirada de las tropas. «Las sacaremos cuando el Gobierno de Kenia y sus habitantes estemos libres de la amenaza que representa Al-Shabab», resaltó. Aseguró que no tiene intención de ocupar Somalia de manera permanente y que sus soldados operan conjuntamente con las fuerzas gubernamentales.