Tras la declaración histórica de ETA
El PSE mira a otro lado ante las amenazas de muerte contra Bildu
El PSE pretende impedir que el Parlamento de Gasteiz denuncie y rechace por su nombre las amenazas de muerte sufridas por el alcalde de Lasarte-Oria, la alcaldesa de Andoain y el jefe de Gabinete de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y se solidarice con las víctimas, todas ellas de Bildu. Frente a una propuesta de EA, el PSE ha presentado una enmienda a la totalidad que no menciona a los afectados y mezcla a ETA en unas amenazas con las que no tiene nada que ver.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El PSE es el único grupo parlamentario que ha enmendado una propuesta de EA para denunciar las amenazas de muerte sufridas en los últimos meses por tres cargos de Bildu.
El asunto será tratado en el pleno del Parlamento de Gasteiz que se celebrará pasado mañana, jueves, y el PSE pretende diluir la denuncia directa de estas amenazas en una condena general en la que además involucra a ETA, organización que no tiene nada que ver en esta cuestión.
El pasado mes de julio, el alcalde de Lasarte-Oria, Pablo Barrio, y la alcaldesa de Andoain, Ane Carrere, recibieron varias cartas en las que se les insultaba y se les amenazaba de muerte. Las misivas, con remite falso de Gipuzkoa, provenían realmente de Madrid. En los escritos se calificaba a ambos regidores de «alimañas llenas de odio que hay que exterminar» y «predador que amenaza la vida de los demás», anunciando su próxima eliminación.
Una carta similar llegó al Ayuntamiento de Azpeitia, en este caso amenazando a su ex alcalde y actual jefe de gabinete del diputado general de Gipuzkoa, Iñaki Errazkin.
Al tener conocimiento de estos escritos, Juanjo Agirrezabala, parlamentario de EA, partido integrante de Bildu, consideró «imprescindible» que el Parlamento de Gasteiz «denuncie estos hechos, muestre su solidaridad con los amenazados y exprese públicamente un mensaje claro en contra de cualquier amenaza y persecución».
EA versus PSE
En una proposición no de Ley que se debatirá en el pleno del jueves, EA propone que la Cámara autonómica se solidarice expresamente con los cargos institucionales afectados, con sus nombre y apellidos, y «denuncie y rechace» las amenazas de muerte recibidas.
Además, se solicita que el Parlamento de Gasteiz inste «al Departamento de Interior y a la Justicia a que adopten las medidas necesarias para identificar y juzgar al autor o autores de dichas amenazas».
Por último, la proposición firmada por Juanjo Agirrezabala «solicita la desaparición de todo tipo de amenazas, presiones, persecuciones, detenciones y torturas realizadas por actividades o ideología política».
Frente a ello, el PSE presentó el pasado jueves una enmienda a la totalidad de la proposición no de ley de EA en la que evita cualquier referencia directa a las víctimas de estas amenazas y tampoco cita la coalición a la que pertenecen. Por contra, hace una mención expresa a ETA que puede dar a entender que esta organización tuviera algún tipo de relación con las mencionadas amenazas.
Así, en su enmienda el PSE propone el siguiente texto: «El Parlamento Vasco condena enérgicamente cualquier tipo de amenaza a las personas que aún pueda producirse en el seno de la sociedad vasca». A esta declaración genérica añade, sin ningún tipo de signo de puntuación que haga separación alguna: «Y [el Parlamento] expresa su esperanza en que el fin de la acción terrorista de ETA, por la firmeza del Estado de Derecho, se vea acompañado por un avance sustancial en nuestra convivencia democrática».
Frente al discurso general que PSE y PP mantienen sobre las víctimas y los victimarios, en la enmienda a la totalidad no hay ninguna víctima identificada de las amenazas ni se personaliza y califica al autor o autores de las mismas.
«Os haremos desaparecer»
En las cartas amenazantes recibidas por los cargos institucionales de Bildu, su autor o autores afirman textualmente que «en determinado momento os haremos salir de las poltronas que os habéis encontrado y os haremos desaparecer», y se añade que los dirigentes abertzales morirán «como españoles acompañados de nuestro asco y desprecio».
Junto a otro tipo de descalificaciones, las cartas aseguran a los amenazados que «no sois personas» y «sólo practicáis el terrorismo».
Aunque en todas las respuestas dadas por los propios amenazados y por Bildu se ha destacado que este tipo de acciones no les harán cambiar su actuación política, los afectados también han reconocido que cartas de este cariz sí que generan cierta «preocupación» y que, además, hacen sufrir a sus familiares y allegados.
En las cartas se dice a los cargos de Bildu que «os haremos salir de las poltronas que os habéis encontrado y os haremos desaparecer» y que «vosotros no sois personas, sois alimañas llenas de odio que hay que exterminar».
La presidenta del Gobierno navarro y de UPN, Yolanda Barcina, sigue tratando de rentabilizar políticamente los tartazos propinados hace ya cinco días en Toulouse por miembros del colectivo Mugitu. Tras una acción que ha tenido gran eco en los medios de Madrid, ayer acudió a TVE para insistir en ligar a estos activistas ecologistas con la izquierda abertzale y quejarse de que «ninguno de los del entorno de la izquierda abertzale radical me ha llamado por teléfono para lamentar ese hecho. Siguen igual, sin condenar. Y me da tristeza democrática».
Barcina insiste en tratar de establecer ligazones imposibles entre esta acción de protesta ecologista y la lucha armada practicada por ETA durante 50 años: «Tenemos que tener los ojos bien abiertos y estar unidos. Todos hemos celebrado que se deje de matar, pero hay muchas formas de hacer violencia, violencia psicológica o física».
Mientras, en Iruñea el vicepresidente del Ejecutivo navarro, Alvaro Miranda, arremetió contra los aplausos a la acción de Toulouse escuchados en el mitin de la izquierda abertzale del sábado en Refena: «Sólo nos faltaba que todo este conglomerado realmente repugnante se ría de que atenten contra la presidenta de la Comunidad».
El cese definitivo de la lucha armada por parte de ETA ha abierto una serie de debates mediáticos destinados a poner el listón de la exigencia un poco más allá todavía. A quienes reclaman ya el desarme o la disolución se les suman quienes ponen en acento en exigir el reconocimiento del daño causado o incluso declaraciones de perdón. A este carro, del que se han bajado ya muchos opinadores que admiten que se trata de una cuestión más religiosa que política, se subió ayer la candidata al Congreso por Geroa Bai, Uxue Barkos.
En una entrevista a Telecinco, Barkos afirmó que en el nuevo escenario hay que dar pasos «con serenidad, valentía y sin dilación», pero abogó al mismo tiempo por que ETA se dirija a sus víctimas. «Parece un mínimo pedir perdón a quien tanto se ha hecho sufrir», consideró la actual diputada de Nafarroa Bai, que tras la unión entre izquierda abertzale, EA, Alternatiba y Aralar ha optado por continuar liderando otra lista, formada ahora solamente por PNV, Zabaltzen y el grupo local Atarrabia Taldea.
Barkos consideró que el proceso que se abre ahora «no va a ser corto». Reivindicó el fin de la dispersión, «que debería acometerse ya», y el de la legislación especial, pero planteó al mismo tiempo que ese camino «tiene que ser lo menos doloroso para la sociedad» y defendió que «se preserve siempre a las víctimas».
A la cuestión penitenciaria se refirió también Josu Erkoreka, cabeza de lista de la candidatura hermana del PNV por Bizkaia. En un acto preelectoral en Gernika, mostró su confianza en que «los gobiernos presentes o futuros» sean conscientes de que tienen en sus manos un ordenamiento jurídico que suministra «herramientas suficientes» como para hacer una política penitenciaria diferente a la actual, «más humanitaria y acorde a los tiempos». «Es evidente que una política penitenciaria concebida como apéndice de la política antiterrorista no puede tener la misma operatividad cuando la organización actúa que cuando deja las armas», dijo Erkoreka, para quien optar por la «dureza» en este terreno ya no tiene sentido alguno.
En una entrevista previa a Radio Euskadi, Erkoreka concretó que la actual ley «da un margen importante para que puedan darse pasos en la línea de humanizar la situación de los reclusos. No ya el acercamiento, que también, no ya la supresión de la dispersión, que también, sino además otras medidas que están contempladas también en la Ley Penitenciaria, como la excarcelación de los enfermos graves o la adopción de medidas de indulto individualizadas concretas, en función de la trayectoria penitenciaria de cada recluso».