El profesor de Justicia Transicional en la Universidad de Ginebra y miembro del Grupo Internacional de Contacto (GIC) Pierre Hazan destaca, en un artículo de opinión publicado en el diario «Le Monde», que «el anuncio [de ETA] del fin de la lucha armada del 20 octubre es la evidencia de que estamos en una etapa crucial tras 40 años de violencia» y subraya que este paso abre un escenario en el que el futuro de Euskal Herria «se tratará en el marco del libre juego democrático».

Junto a ello, Pierre Hazan subraya las diferencias del momento actual con los años 1970, destacando que «aquí no habrá, como tras el fin del franquismo y la transición democrática española, un pacto de olvido».

En este sentido, Pierre cree que «no se olvidará a las víctimas, a todas las víctimas, las de ETA y las otras, incluidas las de los grupos parapoliciales (GAL) que mataron en los años 1980 en suelo francés a etarras de manera completamente ilegal».

Hoja de ruta

El profesor suizo explica que «el proceso de normalización puede por fin comenzar» y que «conducirá a la legalización de la formación Sortu, a la entrega de armas de ETA y a su disolución».

Asimismo, añade que se pondrán en marcha conversaciones entre partidos sobre estas y otras cuestiones, y subraya que el GIC está dispuesto a ofrecer su colaboración en este aspecto.

Hazan considera «demasiado limitada» la interpretación de que la renuncia a las armas de ETA se haya producida exclusivamente por la presión policial española y francesa y subraya la importancia de que «realmente hemos asistido a la conversión de la izquierda independentista a las vías pacíficas».

Conferencia de Aiete

El profesor suizo lamenta que tras el anuncio de la Conferencia Internacional de Donostia, «una parte de la clase política española arremetiera contra nosotros». Sin embargo, destaca «la responsabilidad» del presidente del PP, Mariano Rajoy, «que guardó un prudente mutismo», comparándola con las críticas lanzadas por su antecesor, José María Aznar, «que nos acusó infundadamente de establecer una `equivalencia moral' entre terroristas y demócratas».

«No estamos para dar testimonios de legitimidad, sino para llamar a ETA a que cese la lucha armada y a Madrid y a París a responder positivamente», añade.

Hazan también señala que su propuesta se basa en «una normalización política que incluye la legalización de todos los partidos que renuncien a la violencia, el reajuste de la política penitenciaria (como el acercamiento al País Vasco de los 700 presos de ETA, incluyendo a los 140 encarcelados en Francia) y la apertura de un diálogo multipartito».