Koldo CAMPOS Escritor
Pánico al referéndum
Abro los periódicos y, en grandes titulares, me encuentro con la última noticia que me grita y me reitera su espanto en un medio y en otro: «¡Las Bolsas se desploman tras el anuncio de referéndum en Grecia sobre el rescate... Las primas de riesgo española e italiana se disparan... Batacazo en los mercados tras el anuncio de un referéndum en Grecia... Las Bolsas europeas se hunden... Referéndum griego aumenta el riesgo de una quiebra... El giro dramático de Grecia... Bruselas urge a Grecia a cumplir con sus compromisos... Sarkozy convoca reunión sobre referéndum griego... España lamenta la decisión de Papandreu... Rubalcaba dice que el referéndum es una mala decisión...!».
¿Y cómo es posible tanto hundimiento, tanto desplome, batacazo, riesgo, urgencia, giro, quiebra, drama...? ¿Qué es ese horror que lo provoca?
Dice el diccionario que «referéndum» es un: «procedimiento jurídico por el que se someten al voto popular leyes o actos administrativos».
O lo que es lo mismo, que la causa de que el pánico conmueva los cimientos de tantos sólidos principios y venturosos futuros es que el pueblo hable, que el pueblo decida, que sea su gobierno soberano quien tome la palabra. Eso es, precisamente, dicen las Bolsas, los Mercados, Bruselas, Sarkozy, España y los medios de comunicación, lo que diferencia una democracia de una dictadura.
La ilustre Comunidad Europea, dechado democrático, paradigma de todas las virtudes, obligada referencia ética y moral, quintaesencia del buen gusto..., hace tiempo que sabe y practica que, para no obtener respuestas, lo mejor es no hacer preguntas.