El debate pendiente sobre el estatus de Nafarroa vuelve a estar en primera plana con fuerza tras el cese definitivo de la lucha armada por parte de ETA. Tras la negativa rotunda de la presidenta del Gobierno de UPN-PSN a formar una mesa de partidos para abordar el tema, se ha abierto una discusión pública entre Yolanda Barcina y la izquierda abertzale sobre qué se reclama en realidad.

El lunes, la dirigente de UPN insistió en que no abrirá un diálogo específico sobre la cuestión «porque lo pide ETA» y recalcó además que «Navarra seguirá siendo foral y española». La izquierda abertzale le respondió ayer mediante una nota de prensa en la que le explica que «dialogar y llegar a acuerdos para que la sociedad decida no es una concesión a ETA, es simplemente democracia».

Como ya hizo en una comparecencia la pasada semana, la izquierda abertzale muestra su «absoluta y sincera disposición a entablar un diálogo político sin exclusiones» para «avanzar hacia una solución global y definitiva del conflicto». Detalla a la presidenta navarra que «al fin y al cabo, de lo que se trata es de que los navarros y navarras podamos defender y materializar cualquier proyecto político si cuenta con el apoyo mayoritario de la ciudadanía».

«Para ello -añade- es imprescindible eliminar los obstáculos que el vigente marco político pone y consensuar uno nuevo donde todos los derechos se puedan ejercer, entre ellos el de establecer instituciones comunes con los demás territorios vascos y el derecho a decidir».

«¿Lo aceptaría?»

La solución pasa, reiteran los independentistas, por un nuevo marco político «que nazca del diálogo y del consenso, que reconozca todos los derechos de toda la sociedad y que sea refrendado por el pueblo». Y en este punto añade la izquierda abertzale que «lo que no es admisible desde el punto de vista democrático es que Barcina plantee que Navarra seguirá siendo foral y española porque sí. Será así si la mayoría de la población así lo decide, pero antes habrá que darles la oportunidad de elegir entre todos los proyectos, en igualdad de condiciones», reclama.

Tras todas estas consideraciones, la izquierda abertzale lanza una pregunta final a Barcina, que en realidad es un reto: «¿Está usted dispuesta a aceptar lo que democráticamente decida el pueblo navarro sobre todos los proyectos, en igualdad de condiciones?».

«Para hacer ese camino debemos reunirnos, señora Barcina, cuando quiera y donde quiera», termina la nota de la izquierda abertzale. Antes, remarca que su deseo es «encarar este proceso de diálogo con total flexibilidad y amplitud de miras».

En consecuencia, explica que «estamos dispuestos a debatir en cualquier foro, ya sea público o privado, en las instituciones o fuera de ellas». Las propuestas para crear una mesa de partidos sobre el marco político han sido replicadas por Barcina con la afirmación de que sólo cabe hablar en el Parlamento.