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«Grecia es un cuerpo enfermo que se ha dopado financieramente desde 1981»

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Petros Márkaris

Escritor

Nació en Estambul en 1973 y, tras estudiar Ciencias Económicas en Viena y en Stuttgart, se trasladó a Atenas, donde vive actualmente. Es guionista de televisión, teatro y cine. Destaca la película «La eternidad y un día» (Palma de Oro en Cannes en 1998). Ha escrito varias novelas policiacas, con el comisario Kostas Jaritos como protagonista. Acaba de publicarse en castellano «Con el agua al cuello».

Ane ARRUTI | BILBO

Cuando comenzó con las historias del comisario Kostas Jaritos pensaba que, «como mucho», escribiría cuatro novelas. Ya lleva siete y tiene prevista una octava. Tusquets Editores acaba de publicar en castellano y catalán «Con el agua al cuello», la sexta entrega de esta saga, pero la primera de una trilogía que tendrá como telón de fondo la actual crisis financiera en Grecia. Los misteriosos asesinatos de banqueros con una espada medieval centran la investigación de este relato que propone Márkaris.

¿Cómo describiría lo que está sucediendo ahora en Grecia?

Lo que está ocurriendo en Grecia es una tragedia. Pero no tal como se interpretaba en los teatros de la antigua Grecia. Lo más trágico de todo es que es una tragedia que ocurre en los hogares y entre la gente. Y, además, esta tragedia se desarrolla en dos guarderías, uno es el Parlamento griego y el segundo es la Unión Europea. Y las guarderías no son lugares para representar tragedias.

En el libro compara a Grecia con un atleta postrado en una silla de ruedas, después de doparse durante su vida deportiva.

En la antigua Alemania del Este, la imagen de atletas mayores en sillas de ruedas era muy común. Solían tener mucho éxito, y luego, con la caída del muro, se fue descubriendo que ese éxito llegaba porque se dopaban. El dopaje tiene unas características muy interesantes que coinciden con Grecia. La primera es que es el camino más corto para el éxito, pero, como consecuencia, el cuerpo se estropea. Eso es lo que ha ocurrido en Grecia. Desde 1981 nos hemos estado dopando financieramente y ahora somos un cuerpo enfermo. La segunda cuestión es que no hay inocencia en ello. No se puede decir que no se sabía nada. Yo mismo lo he visto con atletas que se han dopado. «Creíamos que estábamos tomando vitaminas...», decían, pero nadie se lo traga. Lo mismo pasa con el dinero. La gente dice que pensaba que era dinero de verdad, cuando eran créditos. Yo estoy contra el dopaje y respeto a los atletas, porque, en el fondo, están ofreciendo su cuerpo, pero no hay que considerarlos inocentes.

El dopaje está penalizado. En este caso, ¿cómo se penaliza a Grecia?

El dopaje está penalizado pero todo el mundo mira hacia otro lado. Todo el sistema político de Grecia sabía perfectamente lo que estaba pasando y hacia dónde se dirigían, pero miraron para otro lado. La corrupción, el sistema clientelista, la evasión de impuestos... todo eso está penalizado pero han pasado de todo. Diría que hay dos tipos de leyes. Unas son las importantes, las que se votan y luego se aplican. Y las otras son las que votan para que los políticos puedan escudarse en ellas. En Grecia el problema es que hay muchas más de estas segundas leyes que de las primeras.

Habla de políticos. ¿Qué diría de los banqueros?

El problema principal procede del sistema político, no tanto de las finanzas, porque fue el sistema político el que originó todos los problemas financieros que vinieron en cadena. Los banqueros se han aprovechado de ello. Un ejemplo: si vas como una pequeña empresa a un banco y pides que te presten 50.000 euros, no te los van a dar. Ese mismo sistema bancario ha concedido a una cadena de televisión 500 millones de euros de crédito, a pesar de que estaba en bancarrota, por la sencilla razón de que era muy afín al Gobierno. Cinco días después, el primer ministro sale en la televisión indignadísimo, diciendo que no puede ser. ¡Pero ellos están detrás de todo! Hacen esta acusación con total impunidad, porque estaban seguros de que el banco no iba a decir ni una sola palabra. El dopaje tiene muchas caras.

En su libro asesinan a banqueros con una espada medieval. ¿Es una proposición? ¿No le preocupa sentar precedente?

Todo el mundo me lo pregunta. El otro día me pararon en mi portal y me preguntaron, sin darme los buenos días siquiera: «¿Qué va a hacer si la gente comienza a repetirlo?». Yo ya le dije que no haré nada, que dejaré que la policía los arreste.

¿Cómo ve el futuro de Grecia? ¿Servirá de algo la aportación de Europa?

No sé si habrá una solución que saque al país del desastre actual. Y tampoco sé cuánto tiempo tardará en arreglarse. Lo que sí puedo decir es que me siento totalmente inseguro con respecto a la clase política griega y también con lo que veo en la política europea. Con lo cual, ya tenemos dos aspectos negativos. Veo muy difícil sacar algo positivo de ahí.

 
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