Si según el PP y su coro mediático las personalidades internacionales implicadas en la resolución del conflicto de este país no tienen ni idea, imagínense qué pensarán de lo que diga un actor estadounidense cuya opinión no coincida con la de ese partido. El actor Viggo Mortensen habrá podido comprobarlo si le han informado de la reacción de los medios más derechosos a sus palabras en la presentación en Madrid de la obra «Purgatorio», de Ariel Dorffman, cuyo tema le lleva a reflexionar sobre el perdón. Refiriéndose a la situación tras el fin de la lucha armada de ETA, dijo que le parecía interesante analizarlo desde el punto de vista de esa obra: «hay dos lados, si ellos piden perdón, no puedes exigir cómo tienen que hacerlo».

«El Mundo» llevaba la foto del actor neoyorquino a la sección Vox Populi diciendo que «da lecciones de perdón a las víctimas». En realidad, no dio lecciones de nada a nadie. Se limitó a dar su opinión, pero como no coincide con la de «El Mundo», éste le dedicaba una flecha, hacia abajo, claro, porque «dijo ayer que poner condiciones al perdón de ETA `no es perdón'. Resulta muy osado por su parte tratar de dar lecciones a las víctimas».

También «La Razón» se hacía eco de las palabras del actor: «ayer Viggo Mortensen aprovechó la presentación de la obra `Purgatorio' para enfundarse el disfraz de analista político y, de paso, echarle un capote a ETA. Reflexionaba sobre el perdón cuando el actor nacido en Nueva York subrayó la necesidad de que al banda se disculpe por sus crímenes, pero se mostró en contra de poner condiciones a quienes han asesinado a casi 900 personas. Y fue más allá al insinuar que quizá el Estado también debería pedir perdón a los terroristas». Servidora también cree que el Estado español debería pedir perdón a mucha gente y a muchos pueblos.

Quien sí merece el aplauso de «La Razón» es Yolanda Barcina, por su «valiente defensa de la españolidad de Navarra», recogiendo la afirmación de la presidenta navarra de que Nafarroa «seguirá siendo foral y española» (a una le pareció oír seguidamente un taconazo), y recordaba la anécdota de los tartazos en Toulouse: «La firmeza de quien fue la semana pasada agredida por el entorno abertzale constituye todo un ejemplo de valentía en defensa de los intereses de Navarra y España». Cómo les va la marcha...