Resguardados de la intensa lluvia bajo los paraguas, alrededor de setenta personas recordaron ayer en el alto de Pikoketa en Irun a las catorce personas que el 11 de agosto de 1936 fueron fusiladas por las tropas franquistas. 75 a�os despu�s, en el acto organizado conjuntamente por la asociaci�n republicana irunesa Nicol�s Gerendain y Lubakia, grupo local por la recuperaci�n de la memoria hist�rica, reiteraron la importancia de que cap�tulos negros como este no caigan en el olvido.

El mal tiempo hizo que el acto no se desarrollara tal y como estaba previsto. As�, despu�s de colocar la ikurri�a y la bandera republicana, adem�s de flores en el monolito, la lectura del manifiesto se hizo en el restaurante que se encuentra en esa misma zona. Marcelo Usabiaga, hermano de una de las v�ctimas mortales, record� la trayectoria de los que fueron asesinados en el pared�n.

S�lo dos escaparon

El caser�o de Pikoketa era la posici�n m�s avanzada de los republicanos y permit�a vigilar y hostigar al enemigo con relativa facilidad. Cuando los milicianos destacados en este lugar se dispon�an a desayunar esa ma�ana, se encontraron que desde la niebla que atenazaba el lugar, surgieron varias r�fagas de metralleta que presagiaban el asalto de las tropas fascistas.

De los 16 j�venes, s�lo dos lograr�an escapar, Alejandro Colina y Patxi Arocena. El resto fue hecho prisionero y fusilado contra las paredes del caser�o. La edad media de los asesinados rondaba los 22 a�os.