Mientras los medios del infraebro insisten en sacar toda la punta que pueden al debate entre Rubalcaba y Rajoy, en Euskal Herria algunos parecen volver por donde solían hace apenas unos meses. A alguna y alguno les sonará el documento «Gakoa» que supuestamente habían elaborado militantes críticos de la izquierda abertzale y que pronto volvió al cajón del que algún periodista decidió sacarlo voluntariosamente; y recordarán aquella famosa carta que Arnaldo Otegi habría escrito a un preso y que fue origen de una querella. Pues ayer «Deia» se lanzaba a una piscina de agua estancada y abría en primera titulando que «Las FSE advierten del riesgo `muy grande' de que los duros de ETA fuercen una escisión». En una información sin firma, el diario señera del Grupo Noticias, al parecer con buenos contactos en las fuerzas policiales españolas, afirmaba que «las noticias que manejan las FSE son preocupantes. Datos que ponen en entredicho los planes de futuro de parte de ETA y su denominado `entorno'. Según las evidencias recabadas por expertos en la lucha antiterrorista, un grupúsculo de activistas pertenecientes al sector duro de la organización armada, disconforme con la decisión que la cúpula de la banda anunció el pasado 20 de octubre y que puso fin a décadas de violencia, podría protagonizar una escisión en el seno de ETA». A servidora le parece una milonga que llega, casualmente, en plena campaña.

Precisamente, la autora o autor de la «información» se remite a después del 20N para que podamos comprobar que tiene razón. Claro. Vean lo que dice: «Los servicios de inteligencia aseguran que ahora no hay movimiento alguno en el conjunto de la izquierda abertzale para no perjudicar a la parte política del MLNV, pero en los datos que han recabado destacan que después de las elecciones generales celebrarán una asamblea en la que pueden mover ficha. Según las FSE, una minoría está por tomar de nuevo las armas, las mismas que aún no han entregado. Así, una minoría del entramado abertzale intentará resolver la situación y las tres toneladas de explosivos que la Policía calcula que todavía mantiene intactas la organización armada en sus polvorines pueden ser un argumento `incontestable'». Parece que algunos no se cansan de equivocarse, pero claro, dentro de unos meses quién se va a acordar...