El segundo vicepresidente de Perú, Omar Chehade, no renunciará pese a que el presidente Ollanta Humala así se lo aconsejó. Chehade pidió ayer una licencia en el cargo y emitió un comunicado en el que remarcó que recurre a la presunción de inocencia.

Además, señaló que ha tomado la decisión de «no ejercer las funciones» de su cargo mientras dure la investigación, pero añadió que no es necesario que renuncie porque es inocente.

El vicepresidente está siendo investigado por supuestos delitos de patrocinio ilegal, cohecho activo genérico, tráfico de influencias y por supuestas infracciones constitucionales.

Según una investigación periodística, Chehade se reunió el mes pasado, con varios jefes de la Policía para coordinar el desalojo de los trabajadores de la empresa azucarera Andahuasi, y entregársela al grupo empresarial Wong.

En sus declaraciones Humala aconsejó a Omar Chehade que diera «un paso al lado» para dejar de afectar al Gobierno. El domingo pasado también remarcó que la renuncia era una decisión que el segundo vicepresidente debía tomar y recordó que él defiende la presunción de inocencia.