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Obama se estrena en el envío de detenidos en Guantánamo a los tribunales militares

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El saudí Abd al-Rahim al-Nashiri, al que se considera el cerebro de los atentados contre el destructor USS Cole (DDG-67) y el petrolero francés MV Limburg, fue formalmente acusado ayer en Guantánamo de numerosos cargos como supuesto cabecilla de Al-Qaeda. Es el primer juicio en Guantánamo de un supuesto «terrorista» después de que el Gobierno de Barack Obama restableciera las comisiones militares y el primero en el cual la Fiscalía busca la pena de muerte.

Con los cinco acusados por los antentado del 11-S, Al-Nashiri es uno de los prisioneros «más valiosos» para EEUU.

Casi diez años después de su captura por la CIA, Al-Nashiri es, también, el primero de los cientos de hombres recluidos en Guantánamo tras el 11-S que comparece en la nueva sala de tribunal militar.

Lo que el Pentágono denomina «comisiones militares», una forma de tribunal castrense, han tenido diversas formas desde que se usaron por primera vez,durante la Guerra de Independencia de EEUU. Sus reglas requieren, para una sentencia de muerte, que haya unanimidad de sus 12 miembros.

El Pentágono acusa al saudí de planificar el ataque contra el destructor estadounidense Cole en el puerto yemení de Adén, en el que murieron 17 marinos, el un intento de atentado contra el buque de guerra estadounidense The Sullivans y contra el cbarco cisterna francés MV Limburg.

Sin autoridad moral

Richard Kammen, principal abogado de Al-Nashiri, capturado en 2002, denunció que estos tribunales militares «están organizados para condenar y matar» y aseguró que «EEUU ha perdido el derecho moral para juzgar y ejecutar a Al-Nashiri».

Se refirió a las torturas a las que fue sometido el saudí desde su captura en los Emiratos Árabes Unidos. Al-Nashiri pasó por prisiones clandestinas, una de ellas en Polonia, fue trasladado en secreto a otros países y llegó a Guantánamo, en Cuba, donde todavía permanecen unos 171 presos capturados tras el 11-S.

Ayer el fiscal, general de brigada del Ejército Mark Martins, dijo que el Gobierno de EEUU no aceptará pruebas obtenidas «bajo tortura o tratamiento cruel e inhumano», y señaló que el juicio podría empezar en 120 días.

En 2008, el entonces director de la CIA, Michael Hayden, confirmó que la agencia había aplicado decenas de veces a Al-Nashiri el método de tortura cono- cido como «bañera», que provoca asfixia por agua.

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