A base de sumar victorias y, con la clasificación para su quinta final de la modalidad, a Juan Martínez de Irujo no le quedó ayer otra que reconocer que le va cogiendo el punto a esto de jugar en el acotado, por mucho que no sea su distancia favorita. Como en todo, el trabajo ha sido vital en ese acondicionamiento, pero el de Ibero tiene muy claro que gran parte del secreto está en su botillero, Patxi Eugi. «Estamos haciendo las cosas bien, no es fácil, en todos los partidos toca sufrir porque el acotado lo iguala todo mucho y hay que trabajar y entrenar mucho. Ahí Patxi está haciendo una gran labor y me está ayudando muchísimo, a base de decirme cosas y de entrenar vamos sacando los partidos adelante».

El de Ibero decidió a finales de 2008 apostar por el agoizko, todo un especialista en el acotado, para tomar el testigo del recordado Ángel Urzainki y de su padre Juan Ángel Martínez de Irujo como botillero y los resultados parecen avalar ese cambio, ya que bajo su batuta, se ha clasificado para todas las finales de la jaula, consiguiendo la txapela de 2010. De hecho, si consigue calarse la de 2011, igualará a Eugi en el número de campeonatos, 3, aunque éste llegara a disputar ocho finales.

«Un poco más me puede gustar pero no me encuentro cómodo, pero como yo, todos. No le puedes soltar un pelotazo por miedo a la línea del cuatro y medio, siempre tienes al rival encima y hay que marcar casi perfecto para hacer el tanto. Pero ahí estamos, a base de trabajar, y a ver si para el año que viene decimos que juego la sexta final», señaló.

De momento, el reto más importante es la final de este año, partido para el que todavía no conoce quién será su rival. «Por la empresa prefiero que gane Barriola, pero igual digo que quiero que gane Abel, llega la final y me gana. O al revés, quiero a Aimar y luego me gana. Seguro que querré jugar la final contra el que pierda el domingo pero eso es imposible», señaló el de Ibero que, no obstante, ve algo más favorito al de Goizueta por su condición de especialista en el acotado.

Xala se da por satisfecho

Sin clasificatoriamente nada en juego, Martínez de Irujo busca motivación en el respeto que se le debe al público y en el refuerzo moral que puede suponer presentarse invicto a la final del día 27, mientras que la empresa resulta más complicada para un Xala que no quiere despedir la liguilla con el casillero a cero, pero que, irremediablemente, tiene la mente en su próximo reto, el campeonato de Parejas.

El de Lekuine reconoció ayer que ha notado cierta «falta de frescura» en los dos partidos de semifinales, pero se mostró satisfecho por haber cumplido su primer objetivo, el de ser cabeza de serie de cara al año que viene. «Mi primer objetivo era el de entrar entre los cuatro primeros y, en general, estoy muy satisfecho con el año que he tenido. Ha sido muy bueno, he jugado dos finales, he ganado la txapela Manomanista y en la jaula he llegado a semifinales. El año que viene tendré más tiempo para preparar esta modalidad y a ver si en la próxima puedo estar en esta final», señaló.

2011 ha sido un año especialmente intenso para el de Lekuine y a la vuelta de la esquina -16 de diciembre- espera un Parejas, su campeonato fetiche, que será más largo que nunca, con cuatro meses de competición. Con esas perspectivas, el pelotari lapurtarra pactó ayer mismo con los responsables de su empresa una semana de vacaciones que arrancarán una vez juegue el partido del sábado.

La idea es clara, descansar unos días y recuperar la frescura para un Parejas extraordinariamente exigente que el campeón Manomanista quiere preparar con mimo y en el que le haría gran ilusión volver a repetir pareja con su actual botillero, Aitor Zubieta.