Este periódico publicó ayer una extensa entrevista con ETA, que todas las lectoras y lectores habrán tenido oportunidad de leer, pero algunos medios quisieron adelantarse a los acontecimientos y, antes incluso de saber qué decía la organización armada, interpretando de aquella manera el adelanto publicado en la web, llevaban el tema a sus portadas. Y, por ejemplo «La Razón», se lanzaba con un titular de los suyos: «ETA muestra su `trampa' y dice ahora que hay que negociar el desarme». Insisto en que es una entrevista larga, pero servidora la ha leído y releído varias veces para averiguar dónde está la trampa. Pero no aparece por ninguna parte. Será que soy torpe...

Ya en páginas interiores, en una información firmada por J.M. Zuloaga, adelantaba que ETA iba a explicar «qué `ocurriría si el Estado español optara por bloquear completamente la situación'», y citando las tan manidas fuentes de «expertos antiterroristas», señalaba que «a lo largo de su siniestra historia, siempre ha reaccionado de la misma manera a lo que llamaba `situaciones de bloqueo'». Y ahí lo dejaba Zuloaga, poco inocentemente. Pero en la entrevista, los portavoces de ETA sostienen que hay que tener paciencia e insisten en que la sociedad es la única garantía del proceso. Vamos, que el diario que dirige Francisco Marhuenda vuelve a lucirse. De hecho, como probablemente intuían que la realidad no iba a seguir su guión, decidieron publicar de antemano perlas como la siguiente: «Lo que está claro, (...), es que los pistoleros se `quitan la careta' y supeditan el supuesto `cese armado' a una negociación `técnica' y `política'». Lo cierto es que ETA no supedita nada, y dice claramente que no le corresponde a ella entrar en una negociación política. Y que habrá que hablar de las cuestiones «técnicas», es decir, de la desmilitarización y de las consecuencias del conflicto, lo tiene asumido hasta el tato. Menos algún plumilla de extremo centro, por lo que se ve.

Y para redondear el esperpento, ese periódico hacía un punto editorial sobre la entrevista en el que apuntaba que «a la espera de conocer su contenido íntegro, lo que ayer se apuntó suena a velada amenaza al PP por si, una vez en el Gobierno, no se pliega a sus deseos». Es que no dan ni una.