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ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO

«Hay que decirle a Madrid que acate lo que decida la mayoría vasca»

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Iñaki Antigüedad

Cabeza de lista de Amaiur en Bizkaia

Es catedrático de Hidrogeología en la UPV, ha sido parlamentario en Gasteiz y ahora encabeza la candidatura de Amaiur al Congreso por Bizkaia. Apunta a Madrid sin perder de vista que su referencia será «siempre Euskal Herria». Consciente del trascendental momento político, Iñaki Antigüedad afirma que al Estado «hay que decirle que, si hablamos de democracia plena, lo que le corresponde es acatar lo que decida la mayoría vasca».  

A. BASAÑEZ | BILBO

«En la foto del 20N se va a contar el apoyo que tiene cada una de las visiones o proyectos de este país», indica Antiguedad, quien remarca la importancia de que haya otro tsunami como el del 22M.

Amaiur llega en la cresta de la ola a estos comicios. Pero, ¿teme que parte del electorado abertzale y de izquierdas vea Madrid como un escenario ajeno y no se sienta motivado a ir a las urnas?

Es verdad que para un abertzale estas elecciones son las que nunca deberían haber existido, pero ese día en la foto de Euskal Herria se va a contar el apoyo que tiene cada uno de los proyectos de este país. Hace falta otro tsunami como el del 22M para que Madrid se entere de cuál es la apuesta de este país. Amaiur pide el voto para hacer una gestión de ese voto que, como un bumerán, revierta en nuestra referencialidad, que es Euskal Herria. Hemos dicho claramente que hay unos ámbitos en los que se va a centrar nuestra intervención, pero dejando establecido que no vamos a participar en la gestión del poder que nos niega. Otra cosa es que aprovechemos el momento, en la institución y fuera de ella, para buscar complicidades con otras fuerzas soberanistas y de izquierda en nuestra labor en el Estado y en Europa.

¿Llegar a formar grupo propio es el objetivo? ¿Qué supondría?

Prefiero sacar cinco que cuatro escaños, y si tenemos dos grupos, mejor que uno. Lo importante son los votos, detrás de un voto hay una persona y lo otro depende ya de la Ley d'Hont. La cuestión es que Amaiur tenga muchos votos y un gran número de escaños. Que nadie piense que vamos a venir con euros y transferencias; ése no es el momento. Entra dentro de una hoja de ruta que electoralmente empezó en mayo y que, igual dentro de poco, tiene una parada en Lakua. Lo del 20N no se puede separar, no es un área de servicio.

¿Impulsar el derecho a decidir de la ciudadanía vasca desde Madrid es una misión imposible? ¿Cómo se hace?

Nos marcamos tres ámbitos de actuación. Estamos en el inicio de un nuevo escenario y uno de los ámbitos de actuación es aprovechar la situación para superar definitivamente un conflicto político y por eso es importante la foto del 20N, para decir que el conflicto es político y que lo dice, esperemos, una mayoría social. Hay aspectos clave como la política penitenciaria, la superación de todo tipo de vulneraciones de derechos, la situación de las víctimas... Madrid es ahí un agente a considerar y a intervenir, porque, entre otras cosas, en sus manos está la vulneración de derechos, la legalización de partidos...

En la Declaración de Aiete se dice que, una vez que ETA ha declarado el cese definitivo de la lucha armada, es la hora de los estados español y francés para que establezcan con ETA las negociaciones o el marco oportuno para las consecuencias o aspectos técnicos. Luego se habla de acuerdo entre las fuerzas vascas y de consulta. Lo del acuerdo es -insisto en que no van en orden- el segundo ámbito de actuación de Amaiur. Nuestra referencia es Euskal Herria y es en Euskal Herria donde hay que fortalecer ese camino de soberanismo de izquierdas, pero también puede ayudar lo que Amaiur vaya a hacer en el Estado, aunque muchas veces sea para demostrar la propia incapacidad innata del Estado para resolver los problemas vascos. Hay que decirle que, si realmente hablamos de democracia plena, lo que le corresponde es acatar lo que decida la mayoría vasca.

¿Cuál es el tercer ámbito?

No hay que olvidar que Amaiur es una confluencia de fuerzas soberanistas de izquierda. Tiene, por tanto, dos objetivos muy claros, siempre con la referencialidad de Euskal Herria: caminar hacia un cambio de marco jurídico político a través de ese acuerdo mayoritario de la sociedad vasca, que es la única garante, y, en paralelo, un cambio en el modelo socioeconómico, que tiene otra hoja de ruta. Así como en los dos primeros ámbitos es un asunto entre Euskal Herria y los estados, en el plano económico es más internacional. No son totalmente diferentes. Desde la posición de izquierdas insistimos en reclamar el ámbito de decisión para Euskal Herria. Es una necesidad para cualquier persona que se considere más o menos vasca y que crea que tener ámbitos de decisión cercanos es más favorable a buscar salidas dignas a la crisis. Reclamamos herramientas para establecer políticas socioeconómicas soberanas, tan soberanas como lo son las de los estados español y francés, tan independientes o tan dependientes, ni más ni menos.

Madrid tiene dos crisis: la territorial y la económica. ¿El papel de Amaiur? Demostrar que en tanto en cuanto no se superen esas crisis, aquí no hay posibilidad de avanzar si no pedimos un ámbito de decisión y, por tanto, esas instituciones son un apeadero. Son como los yogures en un supermercado, con fecha de caducidad.

Ha manifestado que buscarán complicidades en el marco del Estado. ¿Con quién?

Habrá que ver qué foto sale en el Estado el 20N, porque el bipartidismo es lo peor que le puede pasar a un esquema que se quiera considerar democrático. En el Estado hay unas relaciones que podríamos considerar prioritarias con catalanes, gallegos, IU, y no sé lo que otros grupos como Equo puedan sacar. Una de las labores iniciales será establecer relaciones entre las fuerzas que estén presentes en esa Cámara, irse conociendo y ver qué puntos de encuentros hay para aprovechar la dinámica parlamentaria para esa confrontación de ideas que esperemos que sea en un ambiente de distensión política.

¿Y con el PNV?

Depende. En este nuevo escenario que empieza, esto no puede ser una cuestión de más o menos transferencias, de traer más o menos euros... Ahora que han puesto fecha en 2015 seguro que se pueden buscar acuerdos de cara a presentarse en Madrid en los momentos que así lo exija la dinámica parlamentaria o la que se pueda establecer con otros nacionalismos sin Estado para buscar otros acuerdos que ya son de alianzas derecha-izquierda. Hay un campo que habrá que tocar y se verá a lo que está dispuesto cada uno. Será después del día 21, con compromisos y con una hoja de ruta. Se abre un escenario en el que ya no es Euskal Herria y el Estado, es Euskal Herria, es el Estado, Europa, Escocia en el 2012, Flandes... ¿Está el PNV por la labor?

Ese Congreso ha dado luz verde a todos los recortes de derechos en los últimos años. ¿Cómo desmantelarlos?

Lo razonable sería que se les diera la vuelta en la misma forma en que han sido materializadas, es decir, por mayorías parlamentarias, pero en diferentes ámbitos de decisión. ¿Alguien cree que en la foto del reparto de escaños va a ser posible una mayoría que permita echar atrás reformas recientes y canalizarlas en otro sentido? En los grandes temas Amaiur va a estar. Estará en su defensa, en decir que reclamamos tener ese ámbito. Estaremos dos horas diciendolo en Madrid y cinco aquí, que es nuestra referencia. En este Estado es imposible dar vuelta a reformas en un tiempo que no sea a escala geológica, pero si vía confrontación tuviéramos en nuestras manos ese ámbito de decisión, con esas mismas competencias que tiene el Estado, aquí sí podríamos plantear reformas en sentido contrario.

Todo apunta a que el PP va a gestionar La Moncloa. ¿Va a ser un choque de trenes?

La sociología se me escapa. Hay quien dice que igual el PP va a tener una mano más abierta, más disponible para la superación del conflicto político que el PSOE. ¿Quiere decir que tendrá las manos libres? El problema principal que puede tener es el núcleo duro de su partido: Mayor Oreja, Aznar, asociaciones de víctimas... ese caldo de cultivo que han creado. Igual tenían en mente un escenario diferente para el final digamos de ETA que no tiene nada que ver con el actual de reforzamiento de posiciones soberanistas.

Pero, a su vez, puede tener una ventaja si el PP la quiere aprovechar: las lupas que tiene en Europa. Cuando un día se escriban los relatos, habrá que reconocer que la apuesta por la unilateralidad como punto de inflexión a una situación de bloqueo ha sido fundamental y la otra es la implicación de Europa, la que se ha materializado en Aiete. Ahora las lupas que tenía Rubalcaba mirando listas han cambiado de ojo, están en Europa. En la medida que le corresponda como proyección hacia el exterior, una labor de Amaiur quizá sea también mantener activadas las lupas activadas.

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