El nuevo Gobierno griego mantiene a Venizelos e incorpora a la ultraderecha
El nuevo Gobierno griego, encabezado por Lukás Papadimos y aupado por las presiones de los mercados y la Unión Europea, prestó ayer juramento. El Ejecutivo mantiene a Evangelos Venizelos al frente de las Finanzas y como responsable de acelerar los recortes exigidos por Bruselas y el FMI. Además, por primera vez desde la caída de la dictadura de los coroneles, la extrema derecha vuelve a gobernar.
GARA | ATENAS
El nuevo Gobierno griego de unidad nacional, con Lukás Papadimos como primer ministro, prestó ayer juramento en la sede de la Presidencia de la República. Evangelos Venizelos, encargado hasta ahora de llevar a cabo los recortes que han encendido la ira de los griegos, repetirá como viceprimer ministro y ministro de Finanzas.
El Gobierno de unidad nacional está integrado por 48 personas, incluido el primer ministro y 16 ministros, dos de ellos con el rango de viceministros. El Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) tiene 12 carteras y dos vicepresidentes; Nueva Democracia (ND) cuenta con dos, y la formación de extrema derecha LAOS, una. Los ultraderechistas se integran en un Gobierno griego por primera vez desde la caída en 1974 de la dictadura de los coroneles. Con excelentes relaciones con la Iglesia ortodoxa griega, su ideología es una mezcla de liberalismo extremo y xenofobia. Mavrudís Voridis, que ocupará una cartera ministerial, fue militante en diferentes grupos paramilitares en las décadas de los 80 y los 90.
La formación del nuevo Ejecutivo se produjo tras cuatro días de arduas negociaciones que siguieron a la dimisión del anterior Gobierno de Yorgos Papandréu, bajo las presiones de los socios europeos.
El nuevo Ejecutivo surge como respuesta a la presión de los mercados y la Unión Europea, sobre todo Alemania, para que Atenas acelere la aplicación de los acuerdos pactados con la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y convoque luego elecciones anticipadas. Los compromisos incluyen un nuevo rescate financiero por 130.000 millones de euros y la condonación de la mitad de la enorme deuda helena, a cambio de severas medidas de ahorro y reformas estructurales.
«El Gobierno de unidad hará lo mejor posible para hacer frente a los problemas» del país, declaró Papadimos, quien alabó a su antecesor por haber hecho «enormes esfuerzos en una difícil situación».
La canciller alemana, Angela Merkel, no tardó en recordarle lo que espera de él a través de un telegrama: «Usted asume su cargo en tiempos difíciles para su país, pero también para toda la eurozona en donde hay grandes esperanzas depositadas en usted». La primera tarea que se le ha encomendado es confirmar la voluntad de Grecia de mantener la estrategia de austeridad y reformas para que la eurozona y el FMI liberen, a más tardar el 15 de diciembre, los 8.000 millones de euros del sexto tramo de la ayuda aprobada en 2010, con los que el Estado heleno podrá seguir abonando sueldos y pensiones, y hacer frente a los pagos de su deuda.
Funcionarios del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo llegarán a Atenas en los próximos días para vigilar el avance de las medidas y negociar las condiciones de aplicación del segundo plan de rescate. Atenas tiene aún que negociar con los acreedores cómo aplicar una quita que se quiere sea efectiva en febrero.
El nuevo Gobierno también tendrá en su agenda la aprobación de los presupuestos de 2012, con el objetivo de eliminar el déficit, acelerar las privatizaciones de empresas y organismos públicos y eliminar 30.000 empleos públicos.
El Senado italiano aprobó ayer el plan de ajuste que le exige la UE (privatizaciones, disminución de la burocracia, incentivos a la contratación), en una votación sin problemas, como había demandado el presidente de la República, Giorgio Napolitano. El documento fue aprobado gracias a los votos de la mayoría en el Ejecutivo, mientras se abstuvieron la principal formación en la oposición, el Partido Demócrata, y el grupo centrista llamado Tercer Polo. Votó en contra Italia de los Valores, del ex magistrado Antonio Di Pietro. Así, salió adelante con 156 votos a favor, 12 en contra y una abstención.
Pero la sesión vivió además la cálida acogida de los senadores al ex comisario europeo Mario Monti como senador vitalicio. El aplauso que recibió fue la bienvenida a quien todos esperan que suceda a Berlusconi. Hoy se espera la ratificación definitiva del plan por la Cámara de Diputados y la dimisión de Il Cavaliere para que mañana sea nombrado Monti. Según los operadores, Monti vale entre 100 y 150 puntos en el diferencial de la deuda italiana con el bono alemán. Su nombramiento calma a los mercados, que prefieren a un tecnócrata para aplicar los recortes. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también se dio por satisfecho, porque era necesario «encarrilar rápidamente Grecia e Italia». El jefe del fondo de ayuda de la zona euro, Klaus Regling, pidió a Roma que forme «un Gobierno capaz de funcionar». Pero Monti debe conseguir apoyos suficientes. Mientras Napolitano prefiere un Gobierno de unidad nacional, sectores del PDL de Berlusconi y en la Liga Norte prefieren elecciones anticipadas. GARA
Tras Italia, el Estado francés teme ser la próxima víctima de la crisis de la deuda. El nuevo plan de ajuste de París no convence a los mercados y Bruselas. El «error» de S&P en la calificación de la deuda se interpreta como un anticipo.