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Pello Gurbindo, Floren Luqui, Pedro Huarte, Xabier Lasa Ex alcaldes de Atarrabia, Barañain, Zizur Nagusia y Berriozar

Desde los ayuntamientos por un cambio real

Nuestra experiencia nos lleva a poner de manifiesto que Amaiur es hoy la propuesta más real y que mejor representa nuestros planteamientos ideológicos

Los cuatro firmantes de este escrito hemos sido alcaldes, elegidos por NaBai, en poblaciones de Iruñerria durante la pasada legislatura. Tres de nosotros hemos gobernado durante cuatro años y uno durante uno escaso, derrocado por una moción de censura que simbolizó el inicio de la unión UPN-PSN que tanto daño está haciendo a Navarra.

Durante la legislatura pasada nos hemos esforzado sobremanera para encender en los ayuntamientos la mecha de un cambio necesario y de gran magnitud en la forma de entender la política local navarra. No ha sido fácil. Cuando entramos a gobernar notamos enseguida la precariedad en la que se encontraban nuestros municipios: ninguneados por un gobierno regional avasallador y centralista que no cree en ellos, no los financia dignamente, no los tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones y abusa de ellos cuando lo precisa -como ahora que les quita el dinero que legalmente les corresponde para reducir un déficit consecuencia exclusiva de su mala gestión-. Es triste reconocerlo, pero UPN y PSN cuentan con los ayuntamientos como plataforma de populismo en período electoral y poco más. Lo mismo ocurre con las mancomunidades de cierto peso, como la de la Comarca de Pamplona, o con la Federación de Municipios y Concejos, cuyas presidencias son cromos a cambiar por apoyos para el gobierno en lugar de plataformas de trabajo en favor de los ayuntamientos, que es para lo que fueron creadas.

Como decíamos, la irrupción de NaBai hace cuatro años supuso el inicio de un cambio radical de planteamiento. Comenzamos a hacer política buscando el acercamiento y la participación de la ciudadanía, se cambió la perspectiva de un urbanismo megalómano orientado a cobrar impuestos por otra de soste- nibilidad ambiental, se empezó a respetar el euskera como elemento integrador de la cultura de nuestros pueblos, se tomaron iniciativas para crear diálogo y clima de paz frente a quienes pretendían perennizar el enfrentamiento... Y cuando empezó la crisis y nos tocó de lleno se incrementaron los programas sociales de carácter municipal para hacerle frente.

Todo este cambio es hoy una realidad en vías de consolidación en nuestros pueblos y, aunque la unión táctica UPN-PSN nos haya hecho perder algunas alcaldías, nuestras y nuestros concejales siguen marcando el terreno a la «vieja» guardia y en más de una ocasión han obligado al tándem UPN-PSN a abandonar las prácticas de antaño.

Pero, lo que hoy nos lleva a salir públicamente es la inminencia de las elecciones generales. El hecho de que no sean municipales no quiere decir que no afecten a nuestros pueblos y ciudades, quizá no tanto por la mayoría que gane en Madrid (Rubalcaba y Rajoy son dos caras de la misma moneda) sino por los resultados de Nafarroa, sus consecuencias a medio plazo y la correlación de fuerzas y alianzas que se originará a raíz de ellos.

En ese sentido, no cabe esperar que quien se ha comportado de una forma seguidista en los ayuntamientos lo haga de manera distinta en los gobiernos de Pamplona o Madrid. De hecho, la experiencia corrobora esta idea: el PSN implantó una estrategia de colaboración total con UPN en los ayuntamientos, acosó a los gobiernos de NaBai y nos arrinconó donde no teníamos mayoría. A continuación hizo lo mismo en el Gobierno de Navarra entrando a gobernar con UPN, configurando un gobierno que en menos de seis meses ha puesto las bases para llegar a ser el más retrógrado de las dos últimas décadas en materia social y es, con diferencia, el que menos está haciendo para que la esperanza de paz de nuestro pueblo fructifique. A nuestro entender, no caben alianzas que planteen una colaboración con estas fuerzas. Muy al contrario, nuestra experiencia política nos dice que hoy hay que mirar hacia aquéllos que no nos fallarán en su apoyo a la hora de hacer política social, que no se venderán al poder a las primeras de cambio y que responderán en el trabajo serio por la paz y la normalización política. Esas características se engloban en Amaiur y definen a las diferentes fuerzas políticas abertzales que la integran.

Amaiur es hoy día la única propuesta con opciones reales de hacer frente en Navarra a UPN y PSN, de marcarles el terreno por la izquierda y en la apuesta por la normalización política y por la paz. Una paz duradera, acompañada por el reconocimiento de todas las víctimas tras tantos años de violencia, un mirar hacia el futuro con esperanza, sin olvidos, con memoria, aprendiendo de todo ello y, por supuesto, quien deba hacerlo, reconociendo y haciéndose responsable del daño causado.

Creemos que Amaiur es la única fuerza capaz de obligar al poder establecido a renunciar a su sumisión económica al FMI y al G-20, que está llevando a la ruina social a tantas y tantas personas necesitadas en el mundo y no hace más que favorecer a las grandes rentas, igual que la política que ha emprendido sin reparos ni vergüenza el gobierno navarro de UPN y PSN.

Queremos expresar nuestro máximo respeto a otras opciones de izquierda y vasquistas que se presentan en Nafarroa y decirles que seguiremos contando con ellas porque además reconocemos el gran trabajo realizado. Sin embargo, nuestra experiencia nos lleva a poner de manifiesto que Amaiur es hoy la propuesta más real y que mejor repre- senta nuestros planteamientos ideológicos. Unos planteamientos democráticos, de una izquierda auténtica, solidarios y comprometidos con nuestro país, Euskal Herria.

Por todo ello manifestamos nuestro apoyo explícito y público a Amaiur y estaremos con esta opción el 20N.

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