El domingo fue un gran día para el Athletic. Lo es siempre que se gana, pero más aún si los tres puntos se consiguen en un campo tradicionalmente gafe, si sirven para reforzar las aspiraciones europeas, si hacen justicia a una gran actuación y si además se coronan con el debut de un nuevo león.

Y es que el encuentro del Sánchez Pizjuán también pasará a la historia por ser el primero de Jonas Ramalho con la camiseta del Athletic. Aunque no debería serlo por el color de su piel, pese a la interminable cantidad de titulares que ha merecido, sino por su relevancia deportiva, a nivel personal y deportivo.

Porque la llegada de un nuevo cachorro al primer equipo siempre es una buena noticia. Para el jugador, que vive un momento soñado durante años, y para el propio Athletic, que ve cómo un futbolista que ha mimado desde los diez años responde a las expectativas. Al menos tanto como para que un entrenador le considere capacitado para debutar en Primera.

Pero la relevancia podría ser mayor en este caso, cuando los primeros pasos de Ramalho como león tienen cierto tono de avanzadilla. Junto a Jon Aurtenetxe, con el que se adjudicó el Europeo sub19 este pasado verano, el de Romo es el segundo jugador que debuta con el primer equipo rojiblanco tras haberse proclamado campeón de Copa juvenil en 2010. Son, junto a Iker Muniain -que, en un caso extremo de precocidad, vivió los éxitos de los que, por edad, debían haber sido sus compañeros, compitiendo en Liga, Copa y Europa League con el primer equipo-, la punta de lanza de una nueva generación, en la que la familia rojiblanca ha depositado muchas esperanzas y que sigue quemando etapas en su escalada. Un primer grupo en el que, por lógica, aunque se está haciendo esperar más de lo que cabía esperar a principio de temporada, les acompañará en los próximos meses otro integrante de aquel equipo campeón, Iñigo Ruiz de Galarreta.

El resto sigue fogueándose en Segunda B con el Bilbao Athletic -con el River, en el caso del cedido Magunazelaia- o, en menor medida, con el Baskonia, a la espera de que las expectativas vayan confluyendo con la realidad. De momento, dos futbolistas de su generación son titulares con el primer equipo, un tercero acaba de debutar y el cuarto debería hacerlo en breve, Un promedio con el que cualquier equipo daría por bueno su trabajo con la cantera.