Fue un derbi que no se olvidará en mucho tiempo, pero las sensaciones vividas el pasado sábado ya deben dejarse a un lado para seguir afrontando el ritmo frenético de la competición. Mal harían Anaitasuna y San Antonio si preparan y encaran sus inmediatos compromisos pensando todavía en lo que sucedió en el Universitario.

Sí es cierto que para quienes se tomaron el resultado como una victoria, caso de los verdes, «es genial para que el grupo trabaje con ilusión y confianza, aunque sólo con eso no se gana y nuestros objetivos quedan todavía muy lejos», reconoce su técnico, Aitor Etxaburu. Por contra, los anfitriones de este primer duelo navarro de la temporada se han dedicado a restañar sus heridas y analizar qué ocurrió. «Fue un choque en el que predominaron más las emociones que la estrategia, igualado y que estuvo marcado por los pequeños detalles. Nuestro bloque central defensivo no estuvo bien y no supimos parar algunas jugadas de Anaitasuna que habíamos estudiado», analiza Juanto Apezetxea.

Independientemente de las valoraciones, la realidad matemática es que el derbi sirvió a ambos conjuntos para seguir sumando en su objetivo de permanecer un año más en la Asobal. «Cuando empezamos la competición nos marcamos una cifra que debe estar en los 14-16 puntos para mantener la categoría, por lo que cada punto cuenta. Estamos todos muy apretados en la clasificación y cada punto es importantísimo», manifiesta Etxaburu.

Coincide en ello su homólogo en el banquillo albiazul, para quien «esta temporada no hay ningún equipo que se pueda considerar con un nivel inferior al resto, la igualdad es máxima y ya se han visto resultados imprevistos porque, quitando a los dos primeros, cualquiera puede sorprender a cualquiera».

De hecho, Anaitasuna ya lo hizo en la primera jornada cuando superó al Granollers en su propia cancha. La paridad es tal en la parte baja de la tabla que la diferencia ahora mismo de los dos equipos navarros respecto al colista Sagunto es de apenas cinco puntos, una vez disputados un total de veinte.

Esto no para

Ello implica que harían mal tanto San Antonio como Anaitasuna en seguir pensando en clave de derbi con lo que se les viene encima en las próximas fechas. Sin ir más lejos, los de Etxaburu ya tienen a la vuelta de la esquina su siguiente compromiso. Será mañana en La Catedral a partir de las 20.30 ante un rival de la entidad del Valladolid, ahora mismo cuarto clasificado, y con un ambiente que se supone de gala tras el punto cosechado en el Universitario y porque se celebrará el día del no socio, con entradas a precios populares.

El preparador eibartarra seguirá sin poder contar con los jugadores Maxi Cancio y Pocholo, por lo que la prioridad en la enfermería es recuperar el maltrecho tobillo de Ion Latorre. «Va a ser un partido muy complicado y difícil porque tienen plantilla suficiente como suplir las bajas de Gurbindo y Krivocapic», ambos cedidos al Al-Khaleej saudí para disputar la Copa de Asia, operación por la que han pagado 90.000 euros.

Los de Juan Carlos Pastor llegan, por si fuera poco, con la idea de conseguir una victoria que haga olvidar el empate que consiguieron esta última jornada en su pista ante el La Rioja. «No sabemos qué Valladolid nos encontraremos, pero sí que tiene muy buenas aportaciones defensivas y un certero contraataque. Seguro que estarán centrados», indica Etxaburu.

San Antonio tiene más margen de recuperación y en esa tarea se confía en tener ya disponible a Niko Mindegia -Rasic y Meoki no llegarán- para la disputa del importante compromiso en Sagunto del sábado a las 16.00. «Tenemos que tomarlo como una final, lo mismo que harán ellos, y aprovecharnos de la presión que sufren por estar ahí abajo», comenta Apezetxea.