El encargado de formar gobierno en Bélgica, el socialista Elio Di Rupo, presentó ayer su dimisión al rey Alberto II, que optó por mantener «en suspenso» la decisión sobre si la acepta o no.

Según informó el Palacio de Laeken en un comunicado, la renuncia de Di Rupo se produjo ante «el bloqueo de las negociaciones presupuestarias, sociales y económicas que debían conducir a la formación de un nuevo Gobierno».

El monarca pidió que cada negociador reflexione en las próximas horas para «medir las consecuencias de un fracaso, a fin de buscar activamente una solución» a la crisis que dura ya 526 días. Asimismo, remarcó «la gravedad de la situación actual» y advirtió que «la defensa de los intereses generales de Bélgica y de Europa requieren de una pronta solución».

Las negociaciones quedaron en suspenso en la noche del domingo por las fuertes discrepancias en torno al paquete de medidas que los seis partidos encargados de formar gobierno deben adoptar para reducir el déficit público y situarlo por debajo del 3% del PIB en 2012 frente a una previsión del 4,6%. El acuerdo sobre las cuentas del Estado para el próximo año era el único obstáculo pendiente para formar un nuevo Ejecutivo.

Bélgica está bajo presión de la Unión Europea para corregir su déficit excesivo en 2012 y en los últimos días ha sufrido el contagio de la crisis de la deuda en la zona euro y ha visto como se elevaba su prima de riesgo.

Los liberales flamencos del Open Vld calificaron ayer la propuesta de presupuesto de Di Rupo de «insuficiente» mientras que los liberales francófonos (MR) lamentaron que plantee excesivos esfuerzos fiscales para las pymes y no se busque un mayor ahorro en el gasto.

En la reunión, ambos partidos presentaron sendas propuestas alternativas a la de Di Rupo, que fueron rechazadas por el resto de formaciones.

En los últimos días, varios expertos habían advertido de lo profundo de las diferencias y de que éstas podrían llevar a la ruptura del diálogo. Ante esa situación, los soberanistas flamencos de la N-VA, ganadores de las últimas elecciones, pero fuera de las discusiones para formar gobierno, plantearon la formación de un ejecutivo de urgencia sin los socialistas.

El bloqueo en el presupuesto se produce después de que los seis partidos lograran en los últimos meses un acuerdo sobre una nueva reforma del estado federal y una serie de disputas lingüísticas entre ambas partes. Sin embargo, esos acuerdos no tienen valor sin un pacto final, por lo que el rey intenta que los partidos reflexionen a fondo antes de aceptar esta dimisión

Bélgica está gobernada por un Ejecutivo en funciones desde abril de 2010, cuando dimitió el Gabinete de Yves Leterme. Las elecciones de junio de ese año desembocaron en un mapa político muy complicado, que ha impedido hasta ahora formar una coalición, en lo que supone la crisis política más larga.