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Ainara Lertxundi Periodista

Reflexiones en la b�squeda de la paz

La salida de un conflicto depende de muchos factores, de muchas voluntades y, sobre todo, de una apuesta firme e irreversible. Requiere tambi�n del respaldo de la sociedad y de un reconocimiento de los actores involucrados y de las causas estructurales que han dado origen al conflicto.

Son tan s�lo algunas de las reflexiones compartidas por partes implicadas directamente en la b�squeda de la paz o �las paces� en las jornadas que acaban de finalizar en Donostia.

Desde El Salvador, la diputada del FMLN y ex combatiente Lourdes Palacios recapitul� los momentos m�s amargos de la reciente historia salvadore�a para acabar en un presente prometedor pero no exento de contradicciones, en el que la derecha y los poderes tradicionales siguen desempe�ando un importante rol. A�n quedan muchas cuestiones pendientes, sobre todo, en lo que se refiere al plano econ�mico, pero el haber llegado a la presidencia del pa�s y a gestionar la mayor�a de las alcald�as del �rea metropolitana les ha permitido avanzar en reformas tan significativas como la fiscal. Una de las claves, asegura, es el trabajo de base y desmontar �casa por casa� viejos mitos y miedos patrocinados por la derecha y sus ap�ndices. Porque los Acuerdos de Paz no son una varita m�gica; marcan el principio de un camino que �dura toda la vida. La paz no es un �nico momento�. Un momento que Piedad C�rdoba ans�a para Colombia, el segundo pa�s m�s desigual en Sudam�rica y el tercero en el mundo, con una flota de helic�pteros militares que supera a la de Brasil y con m�s de 20 millones de personas en la miseria y m�s de 5 millones de desplazados.

Pese a que las cifras que arrojan d�cadas de guerra y de un sistema econ�mico-social neoliberal son incontestables, tanto los gobiernos de �lvaro Uribe como de Juan Manuel Santos han tendido su mano a la v�a militar, cerrando los caminos al di�logo o, al menos, a un posible acercamiento. Pero en todo contexto desfavorable siempre hay una puerta de salida, cuya llave la tiene �un gran movimiento popular� como el que C�rboda desea impulsar.

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