La huelga del funcionariado británico paraliza la Educación y la Sanidad
El funcionariado británico se unió al movimiento «indignado» para liderar la oposición contra los recortes a servicios públicos de la coalición Liberal-Conservadora en el ejecutivo de Londres, en lo que se considera la mayor movilización laboral de los últimos treinta años.
Soledad GALIANA | LONDRES
Decenas de miles de policías, radiólogos, matronas, barrenderos, limpiadores, cocineros, paramédicos, bibliotecarios, examinadores, inspectores de sanidad, trabajadores sociales, de recogida de deshechos, de hacienda, y funcionarios de juzgados, de centros de empleo... abandonaron ayer su puesto de trabajo en la mayor demostración de rechazo desde 1979 a la política socio-económica de un gobierno por parte del funcionariado público.
Los planes del Ejecutivo liderado por el conservador David Cameron -que se sostiene en sus socios de coalición, los Liberal-Demócratas-, de aumentar las retenciones fiscales y retrasar la edad de jubilación de funcionarios ha sido la gota que ha colmado el vaso de los trabajadores públicos. Ayer, el 60% de las escuelas cerraron en Inglaterra, Escocia, Gales y el norte de Irlanda, mientras que la sanidad pública canceló seis mil intervenciones quirúrgicas.
En Inglaterra y Gales, las cifras de cierre de escuelas eran representativas, con diecinueve mil de los casi veintidós mil centros educativos completa o parcialmente cerrados. En Escocia, sólo veintisiete de las casi tres mil escuelas municipales permanecían abiertas.
Según cifras oficiales, 135.000 funcionarios se sumaron a la huelga, mientras que la federación de sindicatos TUC, que coordinaba el paro, aseguraba que hasta dos millones habían participado en la huelga, la mayor protesta laboral en Gran Bretaña desde 1979, y acusaba al Gobierno de obstaculizar las negociaciones sindicales, provocando a los ciudadanos «a ir a la huelga por primera vez en sus vidas».
El transporte público fue menos afectado, aunque en algunas áreas, como en el norte de Irlanda, el paro fue casi total. El aeropuerto de Heathrow informó de que las alteraciones de vuelos habían sido mínimas, sobre todo porque las compañías aéreas facilitaron el cambio de billetes a aquellos que planeaban viajar durante el día de ayer.
«No les está escuchando»
Y mientras los funcionarios marchaban en las calles de las principales ciudades, en el parlamento de Westminster, en Londres, Cameron acusaba al líder laborista, Ed Miliband, de apoyar una huelga que, aseguraba, había fracasado.
Por su parte, Miliband pedía que el Gobierno aceptara la responsabilidad por el paro del funcionariado, apuntando que los trabajadores públicos sentían que «el Gobierno, simplemente, no les está escuchando».
«Se obliga a los trabajadores a pagar por el desastre económico de la codiciosa élite financiera cuya conducta ha sido ignorada repetidamente por este Gobierno cobarde», afirmó Leo McCluskey, del sindicato Unite.
